Instante
Anestesiada por el golem de mi cerebro
conjugo pasado y futuro en el vértice de esta hora
conjugo un poco de razón, un resto de neurosis
luego de quitarme el disfraz y quedarme desnuda.
Desnuda y perderme en la jauría de un sueño
devorar la muerte en cada amanecer
vivir hoy un poco más que ayer y
sentir que aún tengo
infancias en la piel.
Amar el revés de las hojas, el
acantilado nocturno
de una noche como ésta
cuando apasionado le quitó una hebra al horizonte
para zurcirme las heridas.
Hay tantos siglos en el dedal de un
instante
todas las noches de todos los días son una sola,
en sus ramas trepa el silencio, la entrega clandestina
de los amantes, la primera cuota de la muerte.
En ella habita lo que nunca existió, lo que pude ser
y de pronto viene el día con su náusea bulímica
a borrarnos la noche.
Es entonces cuando me diluyo a media mañana
y me sumerjo en acantilados nocturnos
en el bramido de los sueños para dialogar
con la bestia que llevo dentro.
Silvia Rodríguez Bravo