Nunca un cometa se había acercado tanto a un planeta. Descubierto el 3 de enero de 2013, C/2013 A1, conocido como Siding Spring,
se ha situado este domingo a 140.000 kilómetros de Marte, lo que
supone la distancia más corta que hasta ahora ha alcanzado un cometa al
pasar cerca de un planeta sin colisionar contra su superficie (cerca
de un tercio de la distancia entre la Tierra y la Luna).
Ante la
preocupación del impacto del cometa contra las sondas espaciales que
trabajan en Marte, los científicos han ajustado los tiempos de órbita
de sus satélites para que no coincidiesen en la misma cara del planeta
que Siding Spring.
Sin
embargo, aunque los orbitadores de Marte se han podido salvar de la
gran cola de polvo de la roca, el cometa no ha podido ser fotografiado
desde el espacio. No obstante, los rover que ruedan sobre el planeta
rojo, Opportunity y Curiosity , sí han podido recoger datos e imágenes que la agencia espacial estadounidense hará públicas en cuanto lleguen la Tierra.
La roca
alcanzará el perihelio -su máxima aproximación al Sol- el 25 de octubre
de 2014, pasando a unos 210 millones de kilómetros de nuestra
estrella.
El
acontecimiento ha generado gran expectación científica, pues se trata
de un cometa de una antigüedad excepcional que puede revelar gran
cantidad de información. Aunque es la primera vez que viaja por el
Sistema Solar interior, Siding Spring tiene origen en la cercana Nube
de Oort y una antigüedad muy superior a la de las rocas que orbitan
alrededor del Sol cada 200 años.
Imagen del cometa captada por el robot Opportunity. NASA
Señales de vida
Los cinco satélites que componen la flota espacial marciana -MAVEN, MRO y Mars Odyssey de la NASA, Mars Express de la ESA y Mars Orbiter
del ISRO- siguen orbitando al planeta rojo y ya han enviado señales
tras el paso de Siding Spring, confirmando su buen estado. Las tres
agencias espaciales han celebrado el éxito de su maniobra de 'refugio' a
través de sus cuentas de Twitter.
Según la NASA,
la campaña de observaciones puesta en marcha por los satélites y los
rover puede ofrecer pistas sobre los primeros días del Sistema Solar,
hace más de 4.000 millones de años.
Así, la
agencia espacial americana utiliza a sus tres orbitadores para
estudiar los posibles efectos del paso del cometa en la atmósfera
marciana, debido a la nube de gas y polvo que ha generado.
El MRO,
oculto detrás de Marte, mantuvo las comunicaciones por radio con la
Tierra durante la máxima aproximación de Siding Spring, a las 20:27
del domingo, y durante el pico de riesgo por la nube de polvo,
alrededor de 100 minutos. Tras el período crítico, el orbitador se
está comunicando a 1,5 megabits por segundo con la Red del espacio Profundo de la NASA y todos los subsistemas están funcionando según lo esperado.
La
descarga de datos hacia la Tierra ha comenzado este lunes a partir de
las observaciones del cometa por tres instrumentos del MRO -HiRISE,
CRISM y CTX-, que han observado el cometa durante los días previos al
acercamiento y seguirán con su estudio hasta que el cometa se separe de
Marte el 25 de Octubre. Además, otros tres instrumentos -MCS, MARCI y
SHARAD- estarán observando los efectos de la estela del comenta en la
atmósfera marciana.
Por su
parte, la sonda MAVEN permaneció oculta para evitar una posible
colisión por la nube de partículas de polvo de alta velocidad e informó
a la Tierra tras el período crítico, pues la antena principal no
estaba en la posición correcta para transmitir. "Estamos ansiosos por
llegar a la fase científica", comunicó el investigador principal a
cargo de la nave, Bruce Jakosky, refiriéndose a la llegada de datos a
la Tierra para su posterior estudio.
El
orbitador Mars Odyssey, que ha sobrevolado el planeta rojo más que
cualquier otro aparato en la historia, también informó tras la fase de
peligro para evitar posibles daños. "La telemetría recibida de Odyssey
confirma no sólo que la nave se encuentra en buen estado de salud, sino
también que realizó las observaciones previstas de Siding Spring
dentro de las horas de máxima aproximación del cometa a Marte", explicó
el director de la misión Odyssey del JPL, Chris Potts.