"Dos mitades de mi misma"
A ti me entrego, porque si, porque así lo siento. Dejo todo y voy hacia ti, hacia mi vida ¡te necesito tanto!, que todo lo que me rodea no es mas que migajas de vida. Nada me llena, nada me sacia, todo es una burda mentira que arrastra esta vida ruin que me separa de ti. Y quiero vivir tal como soy, con la grandeza y con la pobreza que me hace ser lo que soy. Voy hacia ti con la cabeza agachada, con la mente abierta y el corazón destrozado. Y esto no es más que un sentir que me mata y me da vida, que me inunda la razón y que me eleva hasta lo más alto. La espiritualidad de este sentimiento, es llanamente un acopio de amor, ¡de puro amor! Dentro de mi, la vida me divide en dos mitades que me parten, que me rompe los dias. Llega un momento que no se quien soy, y en realidad las dos mitades se complementan. Pues no es nada la una sin la otra, pero voy distinguiendo cual de las dos es la más real, la más pura. Esa soy yo cuando te pienso, si... en esos momentos en que estoy absorta del mundo, y me entrego a la locura de este amor que duele tanto en el alma, que me descoloca de esa otra realidad que día a día vivo. Este sentimiento, me esta condenando a cadena perpetua, y la pena que estoy pagando, no es otra que la de no estar a tu lado. Quiero cumplir rápido la pena, pagar mis culpas y mis pecados, cumplir con los que me rodean, para por fin poder estar libre y realmente encarcelarme a tu piel por la eternidad. Libremente sin equipaje, dejare una mitad metida en la maleta del recuerdo, y saldré cualquier atardecer, metida en esa mitad de mi, que elige ser tu mitad. A tu lado, se que olvidare esos otros momentos que me obligaban, que sinceramente me ataban a una vida sin tu amor. Hoy estoy aquí sentada frente al teclado, los sentimientos afloran y las lagrimas se vuelven sal en mi rostro, asoman a mis ojos, fluyendo sin más, ¡y es que duele tanto este amor! Esta sensación de desasosiego, de rabia contenida por la pasión y el deseo de estar y ser en ti. Te llamo, y cuando escucho tu voz, se dibuja una sonrisa en mi rostro, la vida me premia con el calor de tu voz, y me lleno de esperanza de nuevo. Mis ojos brillan con más intensidad y mi piel se aterciopela, como si tu voz me acariciara o abrazaras con ella. Surtes un efecto en mí, que nunca hasta ahora había sentido. Sensualmente hablamos y surge en mí el deseo, lascivamente paso mi lengua por mis labios y estos se entreabren, imaginando como seria sentir los tuyos rozando los míos, tu lengua lamiendo y sintiendo nuestros sabores, nuestras salivas mezcladas, y tu lengua jugueteando con el cielo de mi boca y paseando por mis encías. Cierro mis ojos lentamente, y a mi mente llega tu imagen rompiendo mis sentidos, me voy entregando a ti, y surge en mí una entrega que va más allá de todo entendimiento. Es algo, que ni yo misma puedo explicarme, todo mi ser se tensa y se aquieta, brotan los sentidos, y como un volcán surge de mí un calor inaudito. Mis pechos se yerguen, y como puntas de lanzas, amenazantes mis pezones, se asoman levantando el jersey que cubre púdicamente esas dos montañas que se asoman por el escote, haciendo que el canal que las separa se abra para ti; sentir como tu mirada se va colando por el, y deseando que tu mano pasee entre ellos, o que tu lengua baje desde mi boca para perderse entre mis senos. Mi mano, baja por entre ellos y se adentra bajando por mi vientre, lo siento latir, subiendo y bajando por mi respiración acelerada, mi mano se va adentrando, y se deja llevar por la pasión que me desborda. Tu con tu dulce voz, me vas tensando y guiando por una calle que ya no tiene salida, de la cual no quiero salir y me dejo llevar por el deseo que ya no contengo. Bajo mi mano, ahuecándola y siento la saturación, que se dispersa por la tela de mi braguita, noto la humedad en mis muslos y el latir de mi sexo. Aprieto fuerte mi mano, y muerdo mis labios para no gemir. Mi dedo medio se va adentrando por un lado de la braguita retirándola. La levanto, la estiro y la dejo sobre un lado; paso mis dedos por encima apretándolos contra mis labios, los estiro, los abro e imagino que te lo muestro ¡sin vergüenza alguna! Y te enseño ese hueco rosado que asoma insinuante, brillante y resbaloso entre mis dedos. La pasión y el deseo se van apoderando de mi cuerpo y me arrastra. Mis dedos siguen bajando y adentrándose, van llenado esa cueva de placer que embarga mi ser. Tu voz hace que tu persona este mas en mi, y como si estuvieras a mi lado, pienso que son tus manos las que me hacen sentir y las que provocan en mi, esta sensación de desasosiego. Mi cuerpo se tensa, mis piernas se arquean, suben y bajan haciendo que mis muslos se rocen, enterrando entre ellos la lujuria que se esconde húmeda y caliente. Intento sostener este clima por largo tiempo, el placer se pasea desde mi vientre hasta mi sexo, sube y baja, baja y sube al igual que un tío-vivo hasta que llego a embriagarme y surte en mi interior una descarga de placer que me lleva al éxtasis. Mi respiración, mis pechos, mi vientre y mi sexo, todo late. Como si mi corazón se hubiese agrandado y se hubiese extendido por todo mi cuerpo. Tiemblo y soy sacudida por oleadas de felicidad que hacen que mi cuerpo se acalle y se aquiete. Y así me quedo recuperando el aliento, y diciéndote que te amo. Todo fluye entre nosotros, como algo real y realmente estamos unidos por un lazo que nos une aunque estemos en la distancia. Y así me estas ganando cada día más, por como eres, por lo que eres y por que así lo siento y quiero. Las dos mitades de mi vida que te entrego.
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