El tiempo corre lentamente, entre mis deseos y mi esperanza de verte. El deseo se crece, y mi mente se dispara. Loco, mi corazón da saltos, tumultuoso latir, que en un loco desenfreno me lleva hasta ti. Y en ese devenir, me aletargo pensándote, queriendo traerte a mi mente, desaforadamente te deseo. La pasión surge en mí, como un volcán que derrama lava. Me va quemando, me va arrastrando hacia tu persona.
¡Te quiero!, y quiero quemarme entre tus manos, sentir el calor que me prende. Alojarme en tu cuerpo, y que tú, como ráfaga de viento, empujes este deseo que me hiere dentro. Que despierta en mí, el más grande sentimiento, la ilusión más viva, la esperanza más grande. El sentir más puro que mi corazón conoce, y que se dispara, cual flecha de fuego hasta tu corazón.
La esperanza mas viva, la fuerza brutal de mis instintos, el renacer de una mujer, que se siente hembra entre tus brazos. Y que con un celo permanente, se ofrece a tu persona. Llamándote continuamente, y haciéndote enardecer en el deseo de compartir, estos sentires que me embarga el alma.
Quiero sentir tus manos en las mías, tu piel en mi piel resbalarse. Tus besos, los mas calidos serán mi gusto, y mi olfato el aroma que desprende tu hombría.
Estos sentimientos me devoran, hacen que la parte más íntima de mí, emane fluidos, que empapa la fina capa de tela que lo cubre. Esa fina tela que espera ser estirada por tus manos, y que especialmente compre para ti. Sedosa y suave espera ser tocada por tus dedos, que entremetidos entre mi piel y ella, me haga sentir el dulce deseo de sentir más.
Pienso en ello continuamente mientras te espero. Miro a un lado y otro de la calle, me impaciento. Mis nervios se enervan, mi respiración se agita, y mi necesidad de ti… ¡es imperiosa!
No se que pensaras de mi al verme, y quiero estar lo más natural posible. Se que mi mirada, te delatara lo nerviosa que estoy, más no me importa. Voy de una acera a otra, me asomo a la esquina. No te veo,( pienso que me observas desde cualquier punto, y quizás no te guste lo que ves y no te acerques). Eso crea en mí un estado de ansiedad aún mayor.
Mi corazón late aceleradamente, vuelvo a la puerta principal del comercio donde hemos quedado, espero un rato. Más de pronto, aparece tu delgada figura por entre la gente que cruza. Me miras y sonríes, yo también te miro, y nos acercamos aceleradamente. Nos saludamos con un beso en la mejilla, y con movimientos torpes nos vamos andando. Apenas nos salen las palabras, pero tus ojos me miran y tu boca sonríe. Eso me hace pensar que me aceptas, y me tranquiliza.
Oigo el sonido de tu voz, suena extraño y tú me dices que el mío también suena distinto. Mientras me hablas, tus ojos se miran en los míos. Y los míos se reconocen en tu mirada. Seguimos andando y te pido que me des la mano, me la coges y nuestros dedos se van acariciando. Esas caricias tan deseadas, que hemos estado esperando y que hoy se hacen realidad.
Tímidamente, los dos vamos caminando. Mi cuerpo tiembla y siento tu mirada recorrer mi cuerpo. Te miro y te sonríes y esa mirada, me da una seguridad que me hace templar. La conversación va desarrollándose con fluidez y nos vamos reconociendo. Tu sonrisa me seduce y tu mirada es más azul y más profunda. Tanto que puedo adivinar… la claridad de tu alma. Y lo que veo en ella me gusta, realmente veo que me amas y me deseas.
Siento como tus ojos se posan en mi canalillo, temo estar demasiado provocativa. Pero precisamente quiero estarlo para ti, quiero hacer que me desees mucho. Y así seguimos deambulando por las calles, respirando el aire de mi ciudad, que hoy luce distinta para mí. El aire es mas puro, el sol desde lo alto, ilumina acaloradamente nuestros cuerpos. Yo espero una palabra tuya, pues estoy ansiosa por estar a solas contigo. Por sentirme en tus brazos y ser tuya.
Pasas tu mano por encima de mi hombro, y me recoges hacia ti. Yo paso la mía sobre tu cintura y noto el calor de tu cuerpo. Tus largos dedos, juegan con mi nuca y mi pelo. La sensualidad nos va embargando, siento como mi piel se aterciopela con tu contacto, y mi corazón y mi respiración se han desbocado. Nos volvemos a mirar, como confirmando lo que estamos sintiendo, y por fin oigo las palabras que tanto deseo. ¿Nos vamos al hotel? Asiento con mi cabeza, un poco avergonzada pero deseosa.
Y vamos bebiéndonos las calles, hasta llegar al pequeño paraíso que albergo nuestro amor y donde quedo nuestra esencia. Aún hoy me vienen ráfagas de tu aroma, y tu imagen la tengo clavada en mi mente. Mis sensaciones, las guardo en lo mas hondo de mi alma, viviéndolas hora tras hora, a cada segundo las pienso, las siento en mi como si estuvieras conmigo. Nunca olvidare tu mirada de felicidad, nunca podré vivir tan fuera de mi, ni tan en ti como en ese momento.
Ahora solo vivo de ese recuerdo, con la esperanza de volver a estar contigo, en ti. Poder verme reflejada en tu mirada, y sentirme entregada a tu persona, que no es otra cosa que ser en ti.
El tiempo pasa lentamente, las esperanzas nunca las pierdo. Mientras tanto vivo de tu recuerdo, y de tus palabras que me mantienen viva.
Por ti y para ti siempre: