Yo soy el pecado, el extremo
la insidiosa flor de tus avernos
un reflejo de la luna sobre el río
un noctámbulo beso en el vacío.
Vivo confabulada en tu delirio
la ruta de mi piel es tu martirio
y en este movimiento de tacones
yuxtapongo mi fuego a tus razones.
Me replego entera, dulce, tierna,
para que tu paso de fiera inquietud
vuele desbocado hacia mi caverna
deshojando flores de eterna virtud.
Eres lobo en celo, animal en pena
aullido bravío de erecta actitud
soy tu desvarío, la musa sirena...
El salvaje anhelo de tu amor urente
desde tus pupilas soy esa presea
que guarda tu pecho tan incruentamente.