Pido a la noche silencio
tras el ámbar vespertino
elaborando en mi sueño
un atajo a tu destino.
Es la ocasión perentoria
de mi epopeya fogosa
en mi epílogo de gloria
la osadía más venturosa.
Lucubración absoluta
en la epifanía secreta
beso el aire que exhalas
por mi geografía completa.
Abrumadora respuesta
infracción efervescente
soy del tacto la propuesta
el preludio de tu muerte.