¡¡¡ JUNTO A TI !!!
Dulce hora en que empieza la noche,
¡¡¡ junto a ti !!!
cuando el sueño me vence
y solo el silencio marca el sueño,
cuando todo queda quieto, callado,
solo las respiraciones flotan en el aire,
como olas tambaleantes de un todo.
Resurge en mi visión…
eternos sueños llenos de deseo,
que se funden en mi mente,
a hierro forjado se introducen en mi
y revive en mi persona un hondo sentido,
no vivido pero deseado.
Parpadeante mis ojos se entreabren aún,
viendo una pequeña luz que entra
a través de la persiana,
que tras el cristal ilumina aquietante la alcoba,
la luna tímidamente asoma dándome su plateada luz.
Entre las sombras diviso tu cuerpo bajo las sabanas,
yo vigilo tu dulce sueño,
que adivino agradable por la sonrisa
que dibuja tu rostro, (que tranquila luces así),
me acerco a ti apegándome a tu silueta
intentando ser parte de tu cuerpo
y sentirte así más mía.
Siento el calor de tu cuerpo,
que me llega poco a poco,
y como se mueve al sentirme acoplado a tu persona,
poso mi mano a través de tus pechos,
que relajadamente asume su vaivén respiratorio
e incomodándose,
por ese movimiento que interrumpe
la calidez de tu sueño,
pero que pronto vuelve
a su vanagloriante intensidad nocturna.
Me llega tu aroma,
el cual quiero absorber llenándome de el,
y embriagando mi ser de tu olor,
estoy así largo rato hasta que noto
que mi cuerpo empieza a ser pesado,
se relaja sintiendo la música de tu respirar,
que junto al mío y acompasado,
van llenando la noche de esa musicalidad
que me hace denotar el sueño.
De pronto me giro hacia el otro lado de la cama
y me entrego a dormir,
ya no veo claridad mis ojos se han cerrado
y noto un vacío en medio del colchón,
la frialdad de estar sin ti me hace estar inquieto
y me torno confuso,
pero de pronto siento que te giras hacia mi,
siento como ese vacío se llena de tu persona,
tu también echas de menos mi cuerpo,
y nos vamos acercando.
Tu brazo se extiende invitante
y mi cabeza complacida remonta en el,
mi cuerpo se acerca acurrucándose al tuyo,
mi pierna abraza tus muslos
como queriendo agarrarlos en un abrazo,
entonces tu recoges tu brazo,
acercándome más a tu cuerpo,
ahora mi cabeza reposa en tus pechos,
y así nos dormimos con la seguridad de estar unidos,
ya no en brazos de Morfeo si no en brazos del amor,
de ese amor que nos hace estar unidos
aunque solo sea en sueños.
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