Desvísteme despacio,
deja que tus manos
se deslicen por mi cuerpo.
Hazlo con miradas
que abriguen a mi piel,
me vistan con caricias
que se fundan con las mías.
Quítame el abrigo del recato,
deja que asome
mi vestido de osadía.
Desnuda mis vergüenzas
con cada prenda que quites
con tus ansias.
Acércate a mis pudores,
deshoja cada uno,
cual pétalos de una flor
y pégate a mis culpas
como lluvia que bendice.
Descubre con tus besos
los secretos que se esconden
y despierta con tu fuego
mis ansias que dormitan.
Ya desnudos,
agotemos sin demoras
la pasión que nos envuelve.