Los ácidos grasos omega 3 son mejores que los defibriladores implantados
Según un artículo publicado el 30 de agosto de 2006 en Medindia.com, un grupo de científicos estadounidenses afirma que los ácidos grasos omega 3 previenen más muertes súbitas que los defibriladores de los hogares y sitios públicos e, incluso, más que los implantados.
Investigadores del Hospital Regions en St. Paul, Minnesota, compararon ambas estrategias de prevención (suplementos alimenticios y dispositivos electrónicos) en una comunidad de 100.000 personas, simulada por ordenador, que emulaba la población del condado de Olmsted, en Minnesota, en el año 2000.
El Dr. Thomas Kottke y sus colegas incrementaron los niveles de ácidos grasos omega 3 entre los ciudadanos cibernéticos de Olmsted y observaron un posterior descenso de un 6,4% en la tasa global de muertes de la población simulada. Por su parte, los defibriladores externos automatizados (AED), redujeron la tasa de muertes en un 0,8%, y los implantados (ICD), en un 3,3%.
Los niveles de omega 3 se pueden incrementar comiendo pescado o bien tomando suplementos.
Según Kottle, la investigación sugiere que un incremento en los niveles de ácidos grasos omega 3 "multiplicaría por ocho el efecto que se obtendría distribuyendo los AED y duplicaría el que se obtendría implantando los ICD".
El estudio de Kottke y sus colegas se ha publicado en su versión íntegra en ejemplar de octubre de American Journal of Preventive Medicine.
Según un artículo publicado el 30 de agosto de 2006 en Medindia.com, un grupo de científicos estadounidenses afirma que los ácidos grasos omega 3 previenen más muertes súbitas que los defibriladores de los hogares y sitios públicos e, incluso, más que los implantados.
Investigadores del Hospital Regions en St. Paul, Minnesota, compararon ambas estrategias de prevención (suplementos alimenticios y dispositivos electrónicos) en una comunidad de 100.000 personas, simulada por ordenador, que emulaba la población del condado de Olmsted, en Minnesota, en el año 2000.
El Dr. Thomas Kottke y sus colegas incrementaron los niveles de ácidos grasos omega 3 entre los ciudadanos cibernéticos de Olmsted y observaron un posterior descenso de un 6,4% en la tasa global de muertes de la población simulada. Por su parte, los defibriladores externos automatizados (AED), redujeron la tasa de muertes en un 0,8%, y los implantados (ICD), en un 3,3%.
Los niveles de omega 3 se pueden incrementar comiendo pescado o bien tomando suplementos.
Según Kottle, la investigación sugiere que un incremento en los niveles de ácidos grasos omega 3 "multiplicaría por ocho el efecto que se obtendría distribuyendo los AED y duplicaría el que se obtendría implantando los ICD".
El estudio de Kottke y sus colegas se ha publicado en su versión íntegra en ejemplar de octubre de American Journal of Preventive Medicine.