la que quiero seguir viendo,
aunque sea desde mi sepultura.
Cómo ilumina tu aura,
cómo cimbrea tu cintura!
Igual que un junco en el mar
capeando los embates del huracán
doblegando su bravura.
Eres viento del Simú,
tormenta de arena dura,
dunas que vaís avanzando
sin mirar vuestra locura.
Sed mansas
como el agua en cunas.
Soy peregrino al rodar
por la vida y su negrura
no quisiera despertar
de tu sublime hermosura.
Soy como dunas errantes
deslizándose al andar
por esos valles de mar,
valles que lo fueron antes.
Antes de finar quisiera
estar contigo un instante
para contarte mis cuitas
que son penas importantes.
Caminante sin andar
para no llegar muy tarde,
que está asomando mi noche
y no quiero despertarte.
-quiero que sigas durmiendo-
Te espero donde tú sabes.
_Casimiro López Cano_