Recuerdas aquella tarde de la mano en el andén? No es por hacer alardes, pero pienso en aquel tren que me llevó a abrazarte y descubrir el edén cuando aún sin saludarte me miraste ... yo a ti también, y hoy eres el baluarte, el agua para mi sed; la calma que me entregaste la llevo como alfiler prendida, y en adelante más juntos, si puede ser, caminaremos constantes en pos de un destino de miel
Amanecer.
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