Alabado sea
Jesucristo…
Cada día nos encontramos con cientos de personas que
pasan por nuestro lado. Unos, regalan una sonrisa cálida y una mirada amable. Brindándonos
la energía para iniciar un arduo día. Otros, atraviesan por nuestra vida sin
dejar huellas en el camino. Personas del montón, de esas que nunca recordamos
sus rostros ni la forma en que estaban vestidas; esas que no nos hacen daño
pero tampoco ayudan.
Uno de estos días conocemos hermosos seres humanos,
aquellos que calan en lo más profundo del corazón y a quienes con orgullo
llamamos amigos. Quienes nos hacen reír con sus historias y ocurrencias, pero
también nos alientan y escuchan cuando la vida nos golpea. Esos que nos
atienden aunque el sueño casi los venza. Los que nos confían sus secretos con
la misma seguridad que descubrimos los nuestros.
Amigos... aquellos que nos permiten descubrir el lado
hermoso de la vida y todo lo mejor que podemos ser y brindar a otros. Para mí
es un honor llamarte mi amigo y creo que mi vida sería muy triste si no
estuvieras ahí. Porque de las maravillas existentes en esta vida ninguna
sobrepasa el amor y la amistad verdadera.
¡Buenos días!
Jugando a las cartas
Los niños con sus
salidas ingenuas son la alegría del hogar. Su sinceridad y falta de
inhibiciones sociales provocan el regocijo de todos. Pero son siempre un
llamado a ser más sinceros y sencillos, a quitarnos las máscaras, a
comprometernos con la verdad… y a tener una mirada limpia, fresca y asombrada
de las cosas, de la naturaleza, de las personas.
Un señor entra en un bar y observa que en una
mesa hay tres hombres y un perro jugando a las cartas. Muy sorprendido se
acerca a la mesa y pregunta: —Este dálmata, ¿puede realmente jugar a las
cartas? —Sí. —¡Es algo maravilloso! —No crea. Cada vez que le tocan buenas
cartas, mueve la cola y todos nos damos cuenta.
Vivir con
sinceridad es decidirte a hablar con la verdad en la mano aunque a veces te
cueste; a no valerte de una mentira para librarte de una responsabilidad; a no
mentir para que los demás piensen algo bueno de ti; a reconocer con honestidad
cuando te has equivocado sin tratar de justificarte. He aquí un camino de
grandeza moral.
Enviado por el P. Natalio
Sagrado
Corazón de Jesús. Mil gracias por concederme un día más para adorarte y
servirte. Hagamos como decía San Agustín: Señor a tí sólo busco, a tí
sólo amo y tuyo quiero ser. Mi único deseo es conocerte y amarte. (Sol
1,1). La mies es mucha y pocos son los obreros para recogerla. El Señor
dijo: Vengan a mí los que están cansados y agobiados, que yo los
consolaré (Mt 11.28). Es la palabra de Dios. Alabado sea Jesuscristo.
Amén. Yo dibulgo cada día Pequeñas Semillitas, con el vehemente deseo de
que se propague la Fe, en el Sagrado Corazón de Jesús y suplico a todos
los creyentes y no creyentes , que pidan al Señor Jesuscristo en
oración, que no haya más guerras ni hambre en el mundo, ni atentados
terroristas, ni políticos de guante blanco y reine la Paz, así cómo el
amor, en todos los rincones del Orbe. Así sea. Detente, el Sagrado
Corazón de Jesús, está conmigo. Casimiro López