En cada despertar acerco mi corazón al tuyo.
En cada despertar amaneces en mi mente.
En cada pensamiento fluyes tú igual que un río.
En cada uno de mis sueños duermes en mi lecho de rosas.
En cada momento de mis días cada hora y sus minutos impulsas tú mi alegría.
Quisiera ser como el viento portador de sedosas caricias acercarme a ti con leve brisa y besarte con dulce avaricia.
Al despertar comprendo absorto que eres tú la hermosa flor la reina de mi jardín.
En mi rosaleda hay muchas flores pero ninguna es como Tú...
Casimiro López Cano.