En esa noche de dulces sueños de amor,
pude llegar a hacer locuras contigo.
Me sentía amado como jamás me habían amado,
a tu lado tan dulce y bella noche pasamos,
que el amor lo puede todo,
tu cuerpo enaltecido, candente me seduce y
me enamora, tus labios húmedos por el sudor,
de cuando besabas mi cuerpo ardiente,
de amor, pasión y deseo.
Mojan tus labios sedientos de amor los míos,
de ambrosia jugosa y colmada,
como una deliciosa fruta madura,
que cuando la muerdes rebosan sus jugos,
mientras saboreamos nuestros labios,
siento tus manos acariciando mi piel,
colmas mi cuerpo con maravillosas,
sensaciones y deseos que nunca antes,
había sentido mi cuerpo con otro hombre.
La esencia de tu cuerpo convirtió mi vida en amor,
cuento las horas y para que llegue el momento,
más feliz de poderte tener en mis brazos,
de sentir tus besos, de poder revivir a tu lado,
aquellos dulces, seductores y ardientes momentos,
que a noche vivimos juntos y fuiste capaz de dejar,
mi corazón y todo mi ser sin el mínimo aliento.
Amor mío, mis sueños se alejan de tu cuerpo,
ha sido algo tan seductor y sublime como:
el agua que se cuela entre las hendiduras,
de los pliegues de tu exuberante cuerpo desnudo,
que es como: un dulce y delicioso caramelo dejado,
sobre mis labios carnosos llenos de amor,
el humedecido jugoso y dulce sabor de tus labios,
sobre los míos, tu recuerdo me seduce, me enamora,
pero no me darán tregua para el desenfreno del amor.
MANUEL GRANADOS