en el camino hallé amigos
que jamás he de olvidar.
Si a contarles me dispongo
no le envidio ni al zorzal
aunque hay amigos queridos
que ya no me han de escuchar.
Culpable será el destino
que nadie puede cambiar
pero viven en mi mente
y por siempre vivirán.
Que siga el tiempo su marcha
que nadie lo detendrá,
pero lo escrito en el alma
tampoco lo han de borrar.