Éste vasto silencio que me envuelve
se desliza en la piel aún dormida
sediento y sumergido en añoranzas
anidando en las sombras sus lamentos.
Es el cálido aliento que persigue
la avidez de los besos que sumergen
el néctar de una boca en otra boca
vagando entre el alba que se acerca.
Los labios del pasado traen consigo
los ocultos gemidos del deseo
disueltos en los surcos de la tierra
gastándose la noche entre sus gritos.