Me quemaba la pasión
de la cima de tu boca,
un fuego del corazón
prendiendo dos rosas rojas
Era de menta tu aliento
sobre unos montes granates,
el amor iba saliendo
como lava por su cráter.
Mis besos estaban soñando
encima de tus palabras,
tus labios acariciaron
con el calor de sus aguas.
Eran mis besos rehenes
en el jardín de tu boca,
ramilletes de claveles
regalándote su aroma.