Hermoso, brilla el día; la luz salió de nuevo, el mar está en calma y sus olas me cautivaron.
Mis ojos están nublados; al despertar, te siento, y el azul de tu cielo, me transmite pureza.
¡Eras tú la niña de mis sueños, amor mío, de mi alma! Porque desde la orilla del Estrecho, huelo a canela y azahar, navegues por donde navegues, y hasta en aguas contaminadas por Córdoba, Sevilla o el Puerto en dirección al Mediterráneo.
Mujer clara y profunda, otras noches te espero y me baño en tus brazos, y me tiendo en tu boca.