Soneto a la poesía
De umbral incierto, nace el don latente mas sólo el hombre tiene la destreza de ver y darle nombre a la belleza y luego alimentarse de su fuente.
Así nació la lírica cadente, alquímica unidad do cada pieza confluye en un cantar de sutileza capaz de emocionar a todo oyente.
Retórica beldad, su flor perdura mecida por la brisa del rapsoda, libada por poetas en desvelo.
Baladas que recorren nuestro cielo superan en su viaje toda moda, germinan en el alma a su lectura.
JFelipe
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