No personalices...
Cuando una situación te supera y sientes que estás al borde de un ataque de nervios, imagina que le está ocurriendo a otro, por ejemplo a tu mejor amigo/a, ¿qué consejo le darías? Te darás cuenta que sabes dar buenos consejos, tranquilizar y ayudar al bienestar de otros, seguro que en varias ocasiones lo has hecho, sin embargo, no solemos aplicar esos consejos a nosotros mismos cuando lo necesitamos y llegó la hora de hacerlo.
Piensa en el consejo que darías a tu mejor amigo y aplícatelo.
A/D