En un mundo sutil, frágil como
pompa de jabón, allí me encontraba,
en ese horizonte donde parecía
juntarse el cielo con la tierra, nuestro
amor pasó como estrella fugaz.
¡¿Qué crepúsculos llegarán,
golpeando el silencio de mis oídos!?
Ese pequeño espacio, era como
un paraíso y en su boca un dulce
beso colgué, entre lluvias ausentes
como hormigas llenas de voces
con clamoroso silencio en tu malévolo
sentir, bajo la tierra los versos y regresé
al lecho envuelta en sedas perfumadas,
con el aroma inconfundible de su amor,
esperando la contienda
entre sábanas mojadas.
¡¿Qué pasará cuándo el amor
encuentre la noche¡?
Y sus brazos como ríos desbordados
llamándome, encontrándome ya en
un infierno de placer.
La dulce melodía duró hasta el amanecer
de aquel horizonte y el corazón acumulando recuerdos vestidos de lágrimas en un
.... ¡Clamoroso silencio!