Por un “voto duro, firme”
Se espera que en las presidenciales de octubre el MAS revalide su hegemonía, y Evo su rotunda aprobación popular
Por SUSADNY GONZÁLEZ RODRÍGUEZ internacionales@bohemia.co.cu
1 de agosto de 2014
Evo cristaliza como nadie a las clases populares bolivianas,
garantía de ese respaldo ciudadano sin precedentes en la
nación. (Internet)
No fue por azar concurrente que se escogió en Bolivia el 12 de octubre, Día de la Descolonización, para refrendar, voto popular mediante, el espaldarazo ya categórico a una revolución social, la más profunda de la historia boliviana, obra de un líder aymara que cristaliza como nadie las clases populares, el movimiento indígena originario campesino y sus imaginarios, aspiraciones y horizontes, al decir de una articulista en Le Monde Diplomatique.
Cuando Evo Morales convocó recientemente a ejercer un “voto duro, firme”, era para avasallar a una oposición consciente de que enfrenta al futuro presidente de más larga data en esa gestión, amparado en una aprobación ciudadana sin precedentes en la nación andina. Lo patenta el sondeo de Ipsos, realizado en las principales ciudades: La Paz, El Alto, Cochabamba y Santa Cruz, que arrojó 73 por ciento a su favor.
La encuesta es representativa del cambio de época en el país sudamericano, expresado en un modelo económico posneoliberal con acento en la recuperación del Estado y la redistribución de la riqueza. La nacionalización de los hidrocarburos ha permitido casi triplicar el PIB: 30 mil 381 millones en 2013 en relación con los nueve mil 525 de 2005. Y los dividendos se reparten por igual para la inversión en infraestructuras, el desarrollo productivo y las políticas sociales. Los bonos constituyen la manera más expedita de racionar la ganancia y zanjar la desigualdad. Uno de los grandes logros del Gobierno ha sido el incremento del salario mínimo: mil 200 bolivianos en 2013, respecto a los 440 percibidos ocho años atrás, medida que se une a la menor tasa de desempleo urbano de América Latina (3.2 por ciento en 2012).
¿Qué proponen las partes oponentes?
Doce propuestas para Vivir Bien componen el programa (2015-2020) presentado por el Movimiento al Socialismo (MAS) con vistas a profundizar y radicalizar el proceso iniciado en 2006. Abarca: reducción de la extrema pobreza; universalización de los servicios básicos; acceso a la vivienda, la educación y la salud; revolución tecnológica y científica -desarrollo nuclear con fines pacíficos a fin de garantizar la independencia energética-; un país industrializado, productivo y con empleo; millonarias inversiones, por ejemplo, otra petroquímica; la explotación del litio -Bolivia cuenta con las mayores reservas del mundo-; soberanía alimentaria.
¿Y la contraparte? Si algo identifica a los rivales postulados es un pasado de privatización y economía de mercado. Aún no definen si establecen alianza para gravitar en la escena electoral. “Si se concreta una forzada unidad, que será más por el esfuerzo de la embajada de EE.UU. y la derecha europea que por voluntad de los jefes de la oposición, lo que se verá es un frente único ‘pegado’ con ‘chicle’ que difícilmente podrá sobrevivir a sus contradicciones cinco años y más aún teniendo al frente a movimientos sociales cohesionados y con una relación de fuerzas altamente favorable en la sociedad civil”, afirmó el politólogo Juan Manuel Karg.
Su participación fragmentada solo podría impedir que el MAS alcance los dos tercios en la Asamblea Legislativa, y esto les permitiría torpedear la aprobación de iniciativas como un referéndum para eliminar la disposición transitoria que imposibilita la reelección de Evo. También ahí desempeñan un papel los partidarios de la revolución. No faltan analistas que vislumbran con luz larga una etapa de conflicto social similar a la ocurrida en Brasil, por las demandas insatisfechas en las ciudades, adonde no llega igual la redistribución de la riqueza.
Tras la inminente victoria de la dupla Evo Morales-Álvaro García Linera, el desafío se cierne sobre 2019. No se puede subestimar a una derecha que se recicla y disfraza. Para ese año, nos recordaba el diario francés Le Monde Diplomatique, se incorporará al censo un millón de votantes. Habrá que seducir a esas generaciones que verán las guerras del agua o del gas como una leyenda nacional, y el progreso en las condiciones de vida como algo permanente, sin conciencia de la refundación del Estado Plurinacional, que resurge cual ave Fénix.