Los nombres de Melba Hernández y Haydée Santamaría están indisolublemente ligados a la gesta heroica del Moncada, cuyo aniversario 61conmemoramosAquellos disparos sobre los fuertes muros del cuartel Moncada en Santiago de Cuba, y el cuartel Carlos Manuel de Céspedes, de Bayamo, capital de la actual provincia Granma, aparecen como los primeros golpes de la gran batalla que el pueblo cubano iba a librar.
La Juventud del Centenario con su abnegación y audacia enalteció la perseverancia de los sueños de independencia de Martí. Las DOS mujeres que fueron al Moncada, sintetizan el heroísmo de las cubanas en todos los tiempos de su historia. Martianas y fidelistas, ambas se conocieron en plena lucha contra la tiranía batistiana y la hermandad las unió por siempre. Melba Hernández Rodríguez del Rey y Haydée Santamaría Cuadrado, casi exigieron a Fidel su presencia en el ataque que iban a realizar en la segunda fortaleza militar del país, el 26 de julio de 1953. En la acción, Fidel las ubico en el grupo de apoyo que tomo el Hospital Civil, donde fueron hechas prisioneras al terminar el combate. Allí vieron como torturaban al medico del grupo, el Doctor Mario Muñoz, asesinado posteriormente. En el Moncada la vida de Haydée quedó rota. La muerte de Boris Luis, su novio y la de Abel. La muerte segando a los muchachos que tanto amaba, gobernándolo todo, y el miedo a morir cuando todavía la vida puede ganarle a la muerte una ultima batalla, envolvían sus pensamientos. Esos que nunca pudo desterrar porque se fraguaron en el dolor y la lealtad a la patria. Melba y su inseparable amiga de la clandestinidad y la lucha guerrillera, tuvieron un antes y un después en el acontecer revolucionario de la nación. Unidas en la fidelidad a Fidel, las dos moncadistas se mostraron serenas y firmes ante los jueces que las juzgaron y denunciaron como habían sido asesinados todos los prisioneros. Los primeros de ellos, los jóvenes que acompañaban a Abel Santamaría, el hermano querido de Yeyé y segundo al mando de Fidel en aquella acción heroica. Las dos mujeres que participaron en el ataque al cuartel Moncada fueron condenadas a siete meses de prisión en una cárcel de mujeres en La Habana. A la salida, y por encargo de Fidel, divulgaron en la clandestinidad el Mensaje a Cuba que sufre Manifiesto en el que el líder histórico de la Revolución explica al pueblo cómo fueron masacrados los combatientes del Moncada, editaron y distribuyeron el alegato de Fidel La Historia me Absolverá, que éste reconstruyó en la cárcel hoja a hoja. Luego, ambas moncadistas asumieron otras tareas. A fínales de 1956, Yeyé, Vilma Espín, la eterna Presidenta de la F MC y otras compañeras, se encentraba entre los organizadores del alzamiento del 30 de noviembre en Santiago, en espera de la inminente llegada del Granma. Después subió a la Sierra. De sus recuerdos en el campamento de Manzanillo, la primera vez que se encontró con Fidel, diría: “Frank estaba limpiando un arma y me dijo: “Yeyé, hay que ver como se saca a Fidel de aquí, se tiene que ir para un país de América Latina y reorganizar el Movimiento. Yo NO he hablado todavía con él, pero vamos a ver como le decimos eso. Pueden matarlo y NO podemos permitirnos ese lujo”. “Cuando llegamos a hablar con Fidel, contaría Yeyé en testimonio posterior, nos miramos para ver cómo se lo decíamos y en eso Fidel nos dice: “Mira como están los guardias allá abajo tirando tiros y NO se atreven a subir aquí. ¡Si me traen ustedes tantas balas y tantos riles yo les prometo que dentro de DOS meses entro en combate de verdad! NI Frank ni yo pudimos decir ni medio, porque lo decía con una convicción Y NO era mucho lo que pedía: VEINTE rifles y un poco de parque.” Enviada por la dirección del Movimiento, Haydée Santamaría marchó a los Estados Unidos a recaudar fondos y acopiar armas. Triunfante la Revolución, asumió la dirección de La Casa de las Américas y la atención a sus DOS hijos, pero nunca se repuso del dolor que laceró su alma. Con la inteligencia del corazón y su franco mirar llegó al fondo de las cosas y de los seres humanos, así la definió la doctora Graciella Pogolotti. Así recordamos a esta heroína del Moncada. La Heroína del Moncada Melba Hernández NO tuvo reposo en su larga vida, apagada físicamente hace unos meses. Su entrega total a la Revolución y su confianza eterna en Fidel y los jóvenes distinguieron su personalidad desde los días insurreccionales y los vividos tras el triunfo de enero Melba fue ejemplo de lealtad y rebeldía y así lo demostró desde sus días juveniles. Como expresó en el aniversario CINCUENTA del asalto al Moncada, NO tuvo que rectificar nunca en sus pensamientos, en sus sentimientos la acción en Santiago de Cuba. “A 50 años lo veo lo veo tal como fue y si volviera a nacer y se dieran iguales circunstancias, con un desgobierno como el que había entonces y Fidel me dice “vamos a la toma del Moncada”, allá voy yo a la toma del Moncada”, dijo. Entusiasta y tenaz, Melba desempeñó diversas responsabilidades en el Tercer Frente Mario Muñoz que dirigía el Comandante Juan Almeida. Encabezó también el Comité de Solidaridad con Viet Nam durante la guerra en ese país del sudeste asiático y asumió numerosas tareas de gobierno.. Melba marcó su camino en la vida, ese que le enseño la Revolución, de la que seguirá siendo protagonista y precursora.