La parábola del caballo
Un campesino, que luchaba con muchas dificultades,
poseía algunos caballos para que
lo ayudaran en los trabajos
de su pequeña hacienda.
Un día, su capataz le trajo la noticia de que uno de
los caballos había
caído en un viejo pozo abandonado.
El pozo era muy profundo y sería extremadamente
difícil sacar el caballo de allí.
El campesino fue rápidamente hasta el lugar del accidente,
y evaluó la situación, asegurándose que el
animal no se había lastimado.
Pero, por la dificultad y el alto precio para
sacarlo del fondo del pozo, creyó que no valía
la pena invertir en la operación de rescate.
Tomó, entonces, la difícil decisión:
Determinó que el capataz sacrificase
al animal tirando tierra en el
pozo hasta enterrarlo, allí mismo.
Y así se hizo...
Los empleados, comandados por el capataz,
comenzaron a lanzar tierra adentro del
pozo de forma de cubrir al caballo.
Pero, a medida que la tierra caía en el animal este la sacudía
y se iba acumulando en el fondo, posibilitando
al caballo para ir subiendo.
Los hombres se dieron cuenta que el caballo no
se dejaba enterrar, sino al contrario, estaba subiendo hasta que
finalmente, consiguió salir!!!
Si estás "allá abajo", sintiéndote poco valorado, y los
otros lanzan sobre ti la tierra de la incomprensión,
la falta de oportunidad y de apoyo, recuerda
el caballo de esta historia.
No aceptes la tierra que tiraron sobre ti, sacúdela y sube sobre ella.
Y cuanto más tiren, más irás subiendo, subiendo, subiendo...
Lo importante es levantarse si es que se ha caído,
siempre valemos lo mismo para Dios.
Y ninguna persona nos puede quitar ese valor.