Por error, creemos que el bien no es recompensado,
que el mal no es castigado y que la vida carece de justicia verdadera. ¿Por qué?
Porque la memoria de nuestras acciones positivas y negativas
se desvanece con el pasar del tiempo y,
cuando aparecen los efectos retardados, los vemos como simples sucesos al azar.
No te equivoques, ¡todo cuenta!
Hoy, presta atención a la forma en que piensas, hablas y actúas.
Cada pensamiento cuenta, cada acción cuenta, cada palabra cuenta
Yehuda Berg
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