Trump transfirió el control de su conglomerado empresarial a sus dos hijos adultos varones, Donald Jr. y Eric, para evitar posibles conflictos de intereses durante el tiempo en que ocupe la presidencia. Sin embargo, el fiscal general de Washington, Karl A. Racine, y el fiscal general de Maryland, Brian Frosh, consideran que Trump "ha roto muchas promesas de mantener separado su deber público de sus intereses de negocios privados, incluyendo el recibir actualizaciones regulares sobre la salud financiera de la compañía". "Para conocer plenamente la magnitud de las violaciones constitucionales de Trump "tendremos que ver sus registros financieros, sus impuestos que se ha negado a liberar", dijo Frosh, según el mismo diario. El fiscal de Washington aseguró que ha tomado esta decisión en parte por la incapacidad del Congreso de controlar estos potenciales conflictos de intereses del presidente Trump.
Si un juez federal permite que el caso proceda, según explicaron los fiscales de Washington y Maryland al Post, uno de los primeros pasos sería pedir copias de las declaraciones fiscales de Trump —que se ha negado a hacer públicas hasta ahora— para conocer hasta dónde llegan sus tratos de negocios en el extranjero.
Según el Post, la Embajada de Kuwait celebró un evento en uno de los hoteles de Trump tras haber anulado la reserva inicial en el Four Seasons. Arabia Saudí, el destino del primer viaje de Trump al extranjero, también reservó habitaciones en el hotel a través de un intermediario en más de una ocasión desde la toma de posesión en la Casa Blanca. Turquía celebró un evento allí el mes pasado. Y en abril, el embajador de Georgia se quedó en el hotel.
La demanda podría abrir un nuevo frente para Trump en un momento en el que lidia con la investigación sobre si alguien de su campaña confabuló con el Gobierno ruso para interferir en las elecciones presidenciales de 2016, que le dieron la victoria frente a la demócrata Hillary Clinton.