El lugar más probable de un próximo ataque con armas químicas en Siria sería el este de Guta, una de las ciudades satélite de Damasco. Según datos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, el peligro proviene de las agrupaciones islamistas que muchos en Occidente ni siquiera perciben como terroristas. Y no del Ejército sirio.
Las autoridades rusas se enteraron de que las entidades Jaysh al Islam(Ejército del Islam) y Faylaq al Rahman (Legión de la Clemencia) tienen varios proyectiles con compuestos químicos con un peso de 150 kilos cada uno en las localidades de Ein Terma y Sabka, reveló la portavoz ministerial, María Zajárova.
"No se descartan semejantes provocaciones en el sur del país, en las zonas de acción de los grupos armados controlados por Arabia Saudita, Jordania e Israel y también en el este de Siria", agregó durante una rueda de prensa. En esta segunda zona actúa el Estado Islámico.
Las fábricas químicas abandonan Raqa
Los extremistas están trasladando sus fábricas de municiones desde la sitiada ciudad de Raqa a las zonas periféricas de la gobernación de Deir Ezzor. Los componentes de las armas químicas han llegado a la ciudad fronteriza de Abu Kamal (a unos 120 kilómetros de la capital regional), acompañados por varios expertos químicos. Allí fabrican los agentes tóxicos, informó la diplomática.
Con este motivo la portavoz desmintió la aserción de las autoridades de EE.UU., que reportaron haber bloqueado completamente la 'capital' del EI. En su opinión, el traslado clandestino de las armas químicas "de debajo de las narices de la coalición" encabezada por los estadounidenses evidencia "el doble rasero respecto a los combatientes o la connivencia con sus delitos".
Juego con las emociones
Zajárova calificó los ataques que están siendo preparados de "provocaciones espectaculares". Entre los fines que quieren alcanzar los terroristas destacó el de ofrecer algún pretexto para otro ataque de EE.UU. a las tropas leales al presidente Bashar al Assad. El otro es socavar el proceso de negociaciones en Astaná y Ginebra.
Cada aviso sobre un ataque químico es utilizado por los medios occidentales para "promover la tesis de culpabilidad" del presidente sirio, recordó la representante diplomática.
La portavoz rusa lamentó que los medios occidentales admitieran datos provenientes del mencionado grupo Faylaq al Rahman, afiliado con el Frente Al Nusra. Otra fuente de desinformación suele ser el movimiento de los Cascos Blancos, que "se aprovecha cínicamente de la causa de los derechos humanos y juega con las emociones humanas".
Investigaciones "adecuadas"
El Ministerio de Exteriores ruso admite también que existen algunos ensayos "adecuados" que abordan los casos de uso de armas químicas en Siria desde el punto de vista objetivo.
Zajárova destacó las publicaciones del profesor de Massachusetts Theodore Postol, el fundador de la ONG SWEDHR ('Médicos suecos por los derechos humanos') Marcello Ferrada de Noli, el periodista y premio Pulitzer Seymour Hersch y el antiguo inspector principal de la comisión especial de la ONU para el control de desarme de Irak Scott Ritter. Sus artículos sobre el tema no ofrecen la verdad absoluta, sino al menos un "análisis exhaustivo" de los sucesos trágicos, valoró la portavoz.
Damasco proporcionó en abril pasado garantías de acceso seguro para los expertos internacionales que quisieran investigar el presunto ataque químico registrado en la ciudad de Jan Sheijun, que está controlada completamente por los rebeldes. Sin embargo, ningún investigador del grupo creado por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas se acercó al lugar de los sucesos, ni tampoco visitó la base aérea de Shairat, donde los estadounidenses sospecharon que se almacenaban los agentes químicos.