¿Dónde vas con este hermoso sol?
Sé que los vientos navegando sobre rayos dorados e indomables te quieren arrebatar de mi lado y llevarte junto a ellos, ¡pero no te dejaré ir! ¡no solo!
¿Cuál será tu destino ya programado en este vuelo sólo de ida?
Quisiera tomarte de la mano y seguirte en la ruta que caminas, pero la luz es tan fuerte que no me permite alcanzarte.
Tu cara tiene paz,
tu mano está cálida,
se ajusta a mi medida.
¡Mas no logro mantener mi compostura!
¡no puedo retenerte en tu partida!
¿cómo puedes marcharte en este día?
¿cómo puedes dejarme destruída?
yo no puedo vivir si no te tengo,
ya mis pasos están a la deriva.
De improviso el cielo se oscurece y una luz maravillosa amanece en mi alma.
La brisa se siente suave, la música deleita mis oídos, me siento frágil, etérea, pero felíz.
Siento la paz que nunca tuve, se ennoblecen mis sentidos, se estremece mi mirada cuando ahí, delante mío, tu mano se extiende hacia la mía, me invitas, me tomas dulcemente, y así unidos recorremos un túnel tan mágico que no puede ser calificado.
Sólo sé que estamos juntos, que ya nada nos separará, que nos amamos y que por ese gran amor hemos ganado la batalla final haciéndolo eterno e indestructible.
Marta Díaz Petenatti