Según un artículo publicado este lunes por la revista Nature Physics Perspective, un grupo de científicos estadounidenses que trabajan en la creación de elementos químicos más pesados, no presentes en la naturaleza, predicen el fin de la tabla periódica, que en 2019 cumplirá 150 años.
Luego de una década de investigaciones, en 2016 se crearon los últimos cuatro elementos: nihonio, moscovio, tennessina y oganesón, con un alto número de protones en el núcleo, lo que los hace pesados e inestables, y cuyos números atómicos son 113, 115, 117 y 118, respectivamente.
Con más de 104 protones, los elementos son etiquetados como superpesados. El límite parece estar en los 172 protones, con los cuales los átomos pueden formar físicamente un núcleo unido por la fuerza nuclear.
Esa fuerza es lo que impide su desintegración, pero solo por unas pocas fracciones de segundo. En teoría es imposible lograr que los núcleos se cohesionen por encima de ese número.
Los núcleos hechos en laboratorio son inestables y se descomponen espontáneamente poco después de formarse.
En el caso de los más pesados que oganesón (el 118, el más pesado hasta el momento), podría ser tan rápido que les impide tener suficiente tiempo para atraer y capturar un electrón para formar un átomo, lo que implica que se mantendrían siempre en forma de congregaciones de protones y neutrones.
De ser así, esto desafiaría la forma en que los científicos definen y entienden hoy los átomos, descritos como un núcleo central con electrones que orbitan como planetas alrededor del Sol.
En la búsqueda de esas respuestas, los científicos trabajan para encontrar el elemento 119, con el cual la tabla periódica añadiría una octava fila o período.
Para los investigadores continúa la incógnita de si se pueden producir núcleos superpesados en el espacio. El desafío es que estos son tan inestables que se descomponen antes de agregar más neutrones y formar los núcleos superpesados, lo que dificultaría su producción en estrellas.
Se espera que a través de simulaciones avanzadas los científicos puedan ver estos núcleos elusivos a través de los patrones observados en los compuestos sintetizados.
Mientras tanto, seguirá la búsqueda de estos elementos más pesados, a medida que progresan las capacidades experimentales.
No se conoce que aspecto tendrán, aseguran los especialistas, pero las experiencias adquiridas hasta el momento podrían significar el final de la tabla periódica.
Como una disposición de elementos químicos ordenados por su número atómico, la primera versión de la tabla periódica fue publicada por Dmitri Mendeléyev en 1869, y desde entonces ha sido ampliada con el descubrimiento de elementos nuevos y el desarrollo de modelos teóricos para explicar el comportamiento químico.
(Con información de Prensa Latina)