BARRANQUILLA.–Cuando usted lea estas líneas, seguramente ya habrá visto a Yarisley Silva elevarse con su pértiga hasta el cielo de Curramba La Bella; o a Leonel Suárez mostrando sus cualidades en diversas pruebas de campo y pista; o a decenas de velocistas caribeños con el firme deseo de volar y emular a los mejores corredores de la región, esos que han triunfado a nivel mundial.
Cuando usted lea estas líneas, ya habrá escuchado el pistoletazo de salida que marcó el arranque del atletismo en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe. En el Estadio Metropolitano Roberto Meléndez, el deporte rey comenzó este domingo a acaparar los focos y las miradas de miles de aficionados ávidos de carreras de diez segundos, saltos de ochos metros y disparos que crucen el campo de un lado a otro.
Para Cuba comienza una aventura siempre apasionante, marcada por los múltiples éxitos históricos, tantos que si revisamos el medallero de los Juegos en esta disciplina sumamos 708 preseas en total, de ellas 310 coronas, cifra que dobla fácilmente el cómputo del más cercano perseguidor: México (142 títulos).
A Barranquilla la comitiva atlética antillana llega con la misión de convertirse, como hace cuatro años, en el verdadero buque insignia de la delegación, que vive la última semana de los Centrocaribe en plena tensión por la gran ventaja que ha sacado México en diez jornadas de finales, lo cual nos obliga a ser casi perfectos para cerrar la brecha.
El techo de 23 cetros alcanzado en Veracruz parece complicado tocarlo ahora en territorio colombiano, dado el desarrollo de los propios anfitriones, mexicanos y venezolanos, quienes llevarán a algunas de sus principales estrellas. Además, no se puede obviar el poderío en velocidad de jamaicanos, trinitarios y bahameses, aunque no estén con sus rutilantes figuras.
No obstante, las expectativas de nuestros representantes se mantienen bien altas, con ánimo, confianza y mucho desenfado. Una expresión muy clara de ello la encontramos con María Caridad Colón, campeona centroamericana de la jabalina desde 1978 hasta 1986, quien no duda del potencial cubano en las pistas.
La titular olímpica de Moscú 1980 asegura estar viviendo con la misma emoción la oportunidad de integrar nuevamente una delegación cubana, ahora como gloria. «El atletismo siempre ha dado la cara y lo va a hacer ahora de nuevo. Yo no doy pronósticos, esos ya están dados y de seguro se cumplirán.
No quiere decir que nuestro deporte sea el único responsable de la victoria de Cuba en el medallero general, porque la delegación es bastante grande».