SIEMPRE AHÍ
Siempre estás ahí,
en el silbido de las aves,
en el reflejo de la luz sobre el estanque.
Ese que refleja la sombra del último beso
en aquel dorado y mágico balcón.
Siempre ahí,
con el vuelo de las mariposas,
en los espirales de humo del fuego de mi cuerpo,
en las gotitas de lluvia fina.
Gotitas sin descanso sobre la grama.
Verde grama que alfombra el paso de mis pies.
Los grillo revoloteando
y un nudo que impide respirar,
tu sombra ahí.
No hay murmullo del viento que no mencione tu nombre
Ni remolino que no dibuje el contorno de tu rostro.
Ando sonámbula por los pasadizos del recuerdo,
Una y otra noche.
Retumba el eco de tus palabras.
Se vuelve a dibujar la mueca fría de la desilusión.
Aprieto la esperanza contra mi pecho,
Este pecho que aún te llora en silencio
y no le permite al tiempo borrarte.
Siempre ahí,
Acompañando el cansancio de la vida.
Carmen Amaralis Vega Olivencia