Jenny Ambuila lo tenía todo. Podía viajar a cualquier país del mundo cada vez que quería y era feliz mostrando los lujos que tenía.
Un lamborghini, una camioneta Porsche, celulares de oro, computadores, costosos viajes; todo lo que quería lo podía comprar.
El lamborghini rojo estaba a nombre de Jenny, que estaba en la universidad. Por lo menos 300 mil dólares
cuesta el lujoso carro deportivo. Pero no era el único. Jenny iba a la univerisdad en una camioneta Porsche blanca.
Sin embargo, Jenny no trabajaba, y no había forma de justificar la vida que llevaba. Su papá, Ómar Ambuila,
era un funcionario de la DIAN en el puerto de Buenaventura y tenía un sueldo al parecer de 10 millones de pesos mensuales.
Imposible tener tantos lujos con ese salario. Por eso la Fiscalía capturó a toda la familia, pues Ambuila
estaría lavando dinero enviándoselo a su hija en Estados Unidos.
Ómar Ambuila sería parte de una red de corrupción en Buenaventura. Toneladas de contrabando habrían
entrado con su permiso. Él junto a su esposa e hija fue capturado en Estados Unidos.
Jamas hay que demostrar la solvencia económica
y
física porque puedes tener sorpresas
PIPOLL