Hace latir alegremente tus pensamientos, sentimientos y actos.
Mientras vas por la vida, tu bolsita se va llenando con
esas flores que recibes cuando vas de paseo.
Piropos de alegres colores, que brillan y alumbran tu forma
de considerarte, mirarte y valorarte...
Siempre hay detalles en la vida que te regalan una flor,
para que sus pétalos sean los que te eleven sanamente
en la brisa del valor propio.
Pétalos que danzan alrededor tuyo, llenándote de
bienestar cada paso en tu camino.
En esa bolsita se cargan semillas de esperanzas,
simientes de gozo y deleite que hacen crecer
emociones saludables, como árboles fuertes y frondosos.
En esa bolsita hay risas de saberte apreciado, deseado
y estimado.
Carcajadas que hacen de esa bolsita una aventura en el
corazón.
Bolsita que va frente a los latidos de tu corazón y al ritmo
de éstos, con la salvedad de que admiras lo aprendido en la vida.
La auto-evaluación es dentro de esa bolsita otro ramillete
de cariño por lo que eres, además se sonríe con tus cualidades,
dándote la seguridad de quien eres y hacia donde vas.
Bolsita que tiene dentro música libre de ruidos, con canciones
que te hacen bailar con cabeza alta, ojos cerrados, y brazos
extendidos, cual danzarín alegre y en acción de gracias
por lo que se logró.
Bolsita pequeña, que tiene de todo un poco:
Rayos de sol, estrellas de claridad, valles de esperanza,
caminos de tristes decisiones y puertas que abren
tus deseos de vivir.
Cuando se abre sale de ella una mariposa cuyas alas tienen
colores que hacen que tus ojos brillen y el mundo pueda
ver que hay amores dentro de ti... para ti y tu prójimo.
Llenando de talento tus manos y acariciando
tus habilidades para que vuelvas en paz llega el mañana.
Bolsita aromática que deja perfumado tu silencio.
Sale de ti cuando quieres demostrar lo que vales.
Se abre y fluye lo que tienes dentro.
Le hace saber a las malas experiencias que tú vales porque
tocaron en tu concierto.
Les cuenta que tú vives dentrode un amor perfecto, que
fue demostrado desde la Cruz.
Bolsita que seduce tus ojos con ese alumbrar de certidumbre,
aún cuando puedas ver un revés en tu caminar.
Es por ello que te esfuerzas, porque tu bolsita se mantenga
llena de flores para ti, con tallos de perdón por los errores,
con el polen de la flor que fecunda tus ideas, te hace
creativo y que carcajees por el porvenir.
Te regala la original música que marca tus pasos y hace
que desfiles, mirando al cielo, desde allí desciende una
sonrisa en forma de ricas gotitas de consentimiento celestial.
Hay bolsitas que recibieron pocas flores y están casi vacías...
No obstante tienes la mano de Dios que te acerca un
ramo de flores para recordarte que eres parte suya y que
Él como fiel Creador no deja de abonar con ternura su jardín
de amor, para que tomes las flores que sean necesarias...
Continúa echando en tu bolsita de auto-estima, la gracia de
saber que cada experiencia es para crecer, madurar y
embellecer. Es tuya... Tiene tu nombre...
Hecha para que nunca te desvalorices...
Hecha con los dedos de Dios tu Hacedor.