Lo importante es tenerlo,
no importa cómo se vea,
pues eso es la vida, tenerla,
no importa cómo llega.
Lo importante es tomarlo,
aunque vacío esté, llenarlo,
de esperanza y sabiduría,
de interés y gracia recibida.
Es frágil, puede ser rallado,
puede caer y ser destrozado,
pero puede cuidarse y valorarse,
porque él es todo un regalo.
Puede ser transparente u opaco,
grande, pequeño o tal vez mediano,
pero podemos hacer de él,
algo bello y con mucho encanto.
Puede que su utilidad sea usarlo,
o realmente algo bello y con encanto,
algo que nos dé sustento y belleza,
con que llenar el corazón amargo.
Es vulnerable, debe ser cuidado,
pues en cada momento tomado,
hay que limpiar aquello usado,
para, de nuevo, poder tomarlo.
Lo importante, es verlo, sentirlo,
así la vida es como un frágil vaso,
cada día que de nuevo despertamos,
llenándola o vaciándola según el paso.
Mas el vaso y el paso son nuestros,
lo veamos claro, difícil o regalado,
mas nuestra alma se llena y sustenta,
con la delicadeza y amor que reflejan.
Autora: Rosa Mª Villalta Ballester