Érase un poema de amor
papel de un árbol caído
que en el charco se hizo flor.
Se silencian los fragores y los ruidos
si es su canto cuando se abre el corazón.
Sólo perfilo un poema de amor,
de amor sin nada más que amor,
sin rodeos, sin maquillaje,
sin apellidos rimbombantes.
Esa clase de amor ligero,
fluido…del bueno.
No cuenta el convenio,
sólo el alma que acuna en su vuelo.
Hablo de esa clase de amor,
antídoto contra la desilusión.
Audible en momentos sensibles,
escurridizo, y a la vez infinito.
En su generosidad, ríos de cosquilleos
excitan su corriente.
Amor sin formalidades,
…formidable Amor.
María de Poniente
Junio, 2019