Cristina Fernández de Kirchner ha vuelto. Aún no se sabe al 100% si será candidata a senadora en octubre, pero su regreso a la primera línea de la política es definitivo. Pese a las enormes críticas recibidas, pese a los escándalos, a los procesos por presunta corrupción y a la derrota electoral de 2015 frente a Mauricio Macri, la expresidenta conserva un enorme número de fieles. Y miles de ellos se congregaron en el estadio Julio Grondona, en Sarandí, el corazón del conurbano de Buenos Aires, la zona obrera y pobre del país donde ella tiene un respaldo de hasta el 40%. “Lo importante es canalizar esta fuerza, esta decisión ciudadana en organizar a la sociedad, por eso convoco y los convoco a la unidad ciudadana, a la unidad de todos los argentinos y argentinas. Porque estoy convencida de que esta etapa histórica de agresión neoliberal a todos los estamentos de la sociedad no es una cuestión de partidos políticos”, dijo Kirchner en el arranque de su discurso.
Cristina Kirchner tiene fieles, muchos fieles, pero ya no tiene poder y ni siquiera partido. Con tal de no enfrentarse en unas primarias al que ella considera su "empleado", el exministro Florencio Randazzo, la expresidenta ha decidido salir del Partido Justicialista, el peronismo que le sirvió a ella y a su marido, Néstor Kirchner, para alcanzar el poder primero en Santa Cruz y después en todo el país. Por eso, porque es una dirigente sin partido, ella dio una orden clara que todos los suyos cumplieron como siempre de forma casi militar: no había banderas de diferentes agrupaciones, como es costumbre. "Solo banderas argentinas", ordenó ella, precisamente en el día de la bandera, festivo en todo el país. Y así fue, con algunas excepciones, como el grupo Kolina.
Todo era distinto a la escenografía clásica. La expresidenta hizo subir al escenario a un grupo de hombres y mujeres afectados por la crisis: estudiantes, científicos, maestras, pequeños empresarios, madres de siete hijos, voluntarias de un comedor, jubilados, inmigrantes bolivianos. A todos los que presentó con nombre y apellido y una pequeña historia de vida, una técnica que también utiliza su rival, Macri, asesorado por el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba. Kirchner usa así lo que funciona de su contrincante. La expresidente enumeró los pesares de esos ciudadanos, uno por uno, como ejemplo de lo que ella quiere denunciar, “la realidad que tenemos que encarar y modificar”. Algunos en el público lloraban con las historias. Todo parecía medido para lograr un relato: Argentina era un país que funcionaba y Macri lo destruyó. La realidad es mucho más compleja, pero los mítines no son lugar para matices. “Si tenemos que traer a todos los sectores con problemas seguimos acá mañana”, dijo ella, mientras pedía médicos para personas que se desmayaban. “¿Qué les pasa? Es que hoy hace mucho frío”, comentaba.Ella estaba sola, sin teloneros, nada. Ella y los suyos, sin partidos. Era una Cristina diferente, menos agresiva, que intenta limitar el enorme rechazo que genera su nombre en algunos sectores. Una y otra vez repetía que la crisis y la subida de tarifas decretada por el Gobierno afecta por igual a kirchneristas y macristas. Y cuando el público empezó a insultar a Macri, ella los frenó: "Nada de insultos, hemos venido a construir una unidad ciudadana". La campaña de los Kirchner parece haber tomado ideas que le han funcionado al macrismo: solo banderas y el himno argentino como colofón, sin marchas peronistas.
“Lo que necesitamos es ponerle un límite en las próximas elecciones, ponerle un freno a este gobierno y al ajuste. No le hagamos el juego a los que intentan confundir hablando del pasado, claro que tenemos pasado, pero con ellos no tenemos futuro, ese es el verdadero problema. Tenemos que poner un freno a tanto disparate. Así no se puede seguir”, dijo Kirchner. El estadio, no muy grande, se desbordó enseguida y se vivieron escenas de tensión con la gente que quería entrar superando el aforo. Algunos se colocaron en las colinas de alrededor para seguirlo. Incluso los trenes de cercanías que pasan lindante al estadio aminoraban su marcha para verla. "A volver, vamos a volver", gritaban todos.
“Tengo 3 hijos y soy abuelo y es realmente muy complicado vivir porque no hay trabajo. Mi hijo cobra el salario en tres cuotas mensuales, dicen que hay una mejora pero es virtual. Yo en este momento no veo mejora”, dice José Sinfrón, un taxista de 56 años. Raquel González llegó desde San Martín, en el extrarradio de Buenos Aires. “Vine a apoyar a Cristina porque con ella estábamos mejor y me alcanzaba para comer. Hoy solo puedo hacerlo una vez al día porque no hay trabajo. El kirchnerismo tiene que volver distinto, con otra gente, más joven, y otra mentalidad”, dice.
Cuando el kirchnerismo perdió el poder no sólo en el país sino también en la provincia de Buenos Aires, algo inesperado, parecía en desbandada. La guerra por la sucesión era brutal, mientras ella se recluía en su refugio de El Calafate, al lado del glaciar Perito Moreno. Pero 16 meses después, los malos datos económicos de Macri, la inflación y la crisis que afecta sobre todo al conurbano de Buenos Aires, y la incapacidad del peronismo para encontrar un relevo han vuelto a ilusionar a los kirchneristas. Creen que es posible que ella gane en la provincia de Buenos Aires, se convierta en senadora y desde ahí pueda dar el salto a la presidencia en 2019. El Gobierno de Macri está convencido de que eso es imposible y más con la división del peronismo.
Los antikirchneristas sueñan con una derrota, la primera de su carrera, que acabe con ella definitivamente. A la misma hora en que ella hablaba, frente a la sede de los tribunales federales que instruyen sus causas por presunta corrupción, manifestantes antikirchneristas reclamaban a los jueces que tomen decisiones ya, que actúen contra la corrupción.
Cristina Kirchner no deja indiferente a nadie. Tiene fieles pero también muchos que la detestan. Las encuestas que maneja la Casa Rosada la dan perdedora, y por eso aún creen que a última hora -el sábado es la fecha límite- no se presentará. Pero ninguno de los miles de personas que fueron al estadio a verla se plantea siquiera esa posibilidad. Para ellos, Cristina ha vuelto, y no hay marcha atrás. Cualquiera que haya estado en ese mitin multitudinario pensaría que se presenta y ese era el inicio de su campaña. Pero en Argentina, y más en el mundo de la expresidenta, hacer previsiones de más de dos horas es muy arriesgado.
Ya nadie discute la infalibilidad del Papa, porque nadie lo cree aunque lo quieran. Cristina Kirchner no es un Papa y tampoco es infalible. Nadie es infalible. Ni siquiera resulta provocador ese debate. Pero cuando el cuestionamiento de supuestos o verdaderos errores cometidos, como si eso fuera un gran descubrimiento o un acto sublime de independencia de criterio, lleva a ponerse por fuera de ese marco de conducción, más que los errores y todo ese colorido, lo que se plantea es un cuestionamiento al liderazgo en sí. De alguna manera, los ex funcionarios kirchneristas reunidos alrededor de Florencio Randazzo, más el Movimiento Evita, lo que están diciendo no es solamente que ese liderazgo tuvo errores y no los contiene, sino que además ya no es valioso como tal.
Frente a la poderosa alianza que está representada en el gobierno de Cambiemos, de medios concentrados, grandes bancos y empresas, un sector importante de la Justicia y los servicios de inteligencia, la única fuerza que puede oponer el campo popular es su masividad y su unidad solidaria y una de las pocas herramientas para lograrla son liderazgos como los que han surgido esporádicamente en la historia y como el que protagoniza en la actualidad Cristina Kirchner.
No es una novedad para la derecha: el esfuerzo principal de toda la parafernalia de operaciones de inteligencia, políticas, mediáticas y judiciales del oficialismo, estuvo y está enfocado en destruir esa herramienta popular. El peso de esa formidable artillería apunta menos a destacar sus logros y embellecer a Mauricio Macri, y más a despedazar a Cristina Kirchner. Ignoran y ocultan las innumerables denuncias de corrupción contra el gobierno de Cambiemos pero insisten en la corrupción K con sucesiones de grandes titulares, campañas de alta intensidad en las redes y reacciones periodísticas de inusitada virulencia en la televisión.
Se trata de una estrategia consciente, planificada y centralizada y sus protagonistas son actores de un guión. No son reacciones independientes o coincidentes por la casualidad o “porque piensan lo mismo”. Está orquestado en forma centralizada y en cada situación se hace evidente la consigna central que se elige. Contra el acto que realizó el kirchnerismo en la cancha de Arsenal, la señal de largada estuvo a cargo del propio Macri con una conversación telefónica fraguada en la que le decía coloquialmente a un falso trabajador que lo “desespera que los que hicieron estas cagadas y encima se robaron el país, por estos jueces que tenemos, sigan caminando por las calles”. A partir de allí, la consigna extendida por Clarín, La Nación y casi todos los canales de televisión fue: “cómo puede ser que una chorra sea candidata”. Periodistas, funcionarios y políticos repitieron esa consigna como un mantra y lograron generar entre sus seguidores un clima de crispación y violencia que se ha convertido en una característica muy marcada de los fans de este gobierno. Fue inevitable que esa catarata de indignación centralizada que destilaron los medios oficialistas derivara en un intento de acto frente a Comodoro Py con el fin de presionar a jueces y fiscales para que encarcelen a “la chorra”. El acto en Tribunales fue un desatino porque el día era feriado, el edificio estaba cerrado y no había funcionarios y porque apenas concurrió un puñado de personas entre las que sobresalían varios desquiciados que hablaban con los medios. Fue notorio el contraste con la inmensa y pacífica concentración en la cancha de Arsenal.
Para la derecha es más importante destruir un liderazgo que pudiera convertirse en epicentro de una fuerte convocatoria de oposición, que glorificar a su gobierno. Es una estrategia pensada desde antes que asumiera el gobierno de Cambiemos: hablan poco a favor de Macri; mantienen un poderoso blindaje a su alrededor; y dedican su esfuerzo principal a destruir la alianza que se había generado en el campo popular a partir del gobierno kirchnerista.
No les fue tan mal. La campaña de destrucción fue eficiente ya sea por debilidades de esa alianza como por la poderosa maquinaria que sostuvo la campaña. Las presiones sobre los gobernadores, la subsecuente sangría en los bloques legislativos, la fuga de dirigentes y la permanente campaña de carpetazos armados por los servicios de inteligencia, difundidos por un ejército de comunicadores oficialistas y ejecutados por jueces predispuestos tuvo un efecto de desgaste y desmoralización. En su malicia, la arquitectura de esa campaña tiene hasta cierta belleza: ninguno de los dirigentes y ex funcionarios que defeccionaron tiene causa judicial. En cambio a la mayoría de los que se mantuvieron fieles al kirchnerismo le han llovido causas judiciales y denuncias. No deja de ser llamativa esta clara línea que separa honestos y corruptos según los comunicadores y los fiscales y jueces del oficialismo.
Pero el resultado se lee diferente en el kirchnerismo y en el oficialismo. Para la derecha, su furiosa arremetida debería haber finiquitado con el kirchnerismo, como sucedió con el menemismo después que perdió de hecho las presidenciales ante Néstor Kirchner. Y desde el kirchnerismo no se esperaba que esta campaña produjera tantas deserciones y desconcierto.
Pero ni Cambiemos ni los propios kirchneristas consideran que está acabado, ni mucho menos, el liderazgo de la ex presidenta y, por razones distintas, ambos opuestos están sorprendidos por la situación actual. Porque esperaban más o porque esperaban menos. Esta es la lógica central de este escenario donde, los que dan por consumido el liderazgo de Cristina Kirchner se resignan a una larga etapa de debilidad del campo popular y se marginan de esta fuerte disputa que constituye el meollo de la escena política y que dirime el destino del país a mediano plazo.
Las alternativas que han llevado al lanzamiento del Frente Ciudadano y al acto en la cancha de Arsenal transitaron esas estaciones. Es obvio que el acto apuntó a recuperar las fuerzas que se perdieron y no tanto a la nutrida militancia que estaba allí. Todo el despliegue buscó al voto que tomó distancia después de la derrota en las presidenciales. Es un elector que no se alejó, siguió el acto por televisión y está muy crítico con el gobierno. El lenguaje fue centralmente visual y menos literario, donde no sólo se habló de los sectores perjudicados por las políticas del gobierno, sino que se los mostró, se los personalizó y humanizó, donde la ex presidenta habló entre una multitud que rodeaba un pequeño escenario sin vallas y donde la única oradora fue ella. Hizo un discurso corto, emotivo, pero con contenido, donde el peso simbólico de esas tragedias se expresaba en los cuerpos y no tanto en las palabras.
Pero el acto de Arsenal fue el primer paso de una larga marcha. Muestra un punto de partida, una fuerza que puede convertirse en opción de poder, pero que aún le falta, que necesita recorrer un camino que en principio no se avizora demasiado corto. La obsesión del oficialismo por destruir ese núcleo intenso de convocatoria que constituye la ex presidenta, mantiene la ofensiva judicial pero ha evitado victimizarla con una condena. El fallo vergonzoso de la Cámara de Casación Penal, contra Milagro Salas –pura política sin solvencia técnica–, demuestra el control del oficialismo sobre amplios sectores del Poder Judicial, al punto que se puede llegar a una condena sin pruebas si es la conveniencia del Ejecutivo.
La poderosa alianza de la derecha en el gobierno y la convocatoria explícita de Cristina Kirchner a un espacio nacional, popular y democrático en la oposición aparecen como los dos protagonistas que disputarán la escena política en los próximos años. El kirchnerismo no se convirtió en un fantasma del pasado como le sucedió al menemismo y como esperaba la derecha, pero tampoco es una fuerza en condiciones de volver en poco tiempo, como quisiera su militancia. En la pasada elección presidencial, el FpV logró el 37 por ciento en primera vuelta, y perdió con el 49 por ciento en el ballotage, lejos del insuperable 54 por ciento en primera vuelta, cuando Cristina Kirchner fue reelecta en 2011. Después de la derrota de 2015 hay un nuevo punto de partida, pero esquemáticamente es el trayecto que deberá escalar el kirchnerismo para reposicionarse, impulsado por la corriente de ajustes y descalabros que está produciendo la política económica del gobierno. El acto en la cancha de Arsenal mostró a una fuerza que empieza a ponerse en movimiento para recuperar el terreno perdido y tiene un arduo recorrido por delante. Un punto de partida: el proceso de endeudamiento acelerado sólo se logró a partir del desguasamiento de los bloques legislativos del FpV, lo que dejó dos enseñanzas: la primera es que los candidatos tienen que estar explícitamente comprometidos en estos temas. Y la segunda es que fue la fuerza que se opuso al endeudamiento y demostró que es la única capaz de hacer oposición real para frenar la catarata de ajustes que se anuncia para después de las elecciones.
Mariano Pinedo cuenta cómo fue el encuentro de CFK con productores rurales
“Un diálogo muy crítico sobre lo que pasa”
Pinedo, candidato a diputado, habla de la campaña de Unidad Ciudadana en “la provincia profunda” y de la visita de CFK.
Cristina Kirchner junto a Mariano Pinedo y Francisco Durañona.
“En la medida que podamos aportar para comprender mejor los problemas de la gente y buscar soluciones, lo seguiremos haciendo”, dice a PáginaI12 Mariano Pinedo, concejal en San Antonio de Areco y candidato a diputado provincial de Unidad Ciudadana en la segunda sección electoral, un día después de que Cristina Fernández de Kirchner visitara a una serie de productores rurales en la localidad de Lincoln, en el marco de la campaña electoral. “La campaña de Unidad Ciudadana se define por la necesidad de escuchar a los sectores afectados y plantear soluciones desde esa escucha”, agrega Pinedo, hermano del dirigente PRO que ocupa el tercer lugar en la cadena de sucesión presidencial, Federico Pinedo.
La ex presidenta y precandidata a senadora eligió esta semana la ruralidad bonaerense, donde su gobierno tuvo dificultades para restablecer vínculos con el electorado después del conflicto con la Mesa de Enlace en 2008, como una señal de los nuevos rumbos políticos. Sin grandes actos ni presencia de la prensa, sin militantes con banderas ni cantitos, sino cara a cara, dialogando con los sectores productivos, ayer fue el turno de un lechero que planteó los problemas de su industria y dialogó con CFK sobre posibles soluciones.
“El problema del tambero es más que nada el intermediario, que 300 por ciento más caro vende en la góndola”, plantea Agustín, el encargado del establecimiento, en el video difundido por el equipo de CFK. “Si de repente ustedes pudieran hacer una cooperativa, varios tambos, y vender el fluido en forma directa en el pueblo, vos podés estar vendiéndolo en 10 pesos, o 12 pesos o 15 pesos también. Si no hay una intervención inteligente del Estado ni va a mejorar el precio para los productores ni va a mejorar para los consumidores. No hay magia”, propone ella.
La industria lechera “es una actividad que involucra a muchas personas y familias” y que “tiene problemas estructurales pero también otros coyunturales que se agravaron en el último año y medio, como por ejemplo los efectos del tarifazo, la quita de retenciones que afecta el costo de los alimentos para el ganado y los precios al productor, que siguen muy cerca de lo que eran en 2015 a pesar de lo que aumentaron en góndola”, explica Pinedo, que junto al intendente de San Antonio de Areco, Francisco Durañona, forma parte del Movimiento Arraigo, que apunta a la problemática productiva en “la provincia profunda”.
Según describió el concejal, la ex presidenta fue recibida “muy bien” por los productores. “Lo que querían eran hablar sobre los problemas que tienen, ninguno fue muy elogioso con el gobierno pasado, no hubo un ambiente de celebración como cuando se reúne con militantes, sino un diálogo muy crítico sobre lo que está pasando ahora, pero con muy buena disposición de ellos para que se los escuche y de ella para escucharlos”, agregó Pinedo, que explicó que CFK también les dejó pautas para continuar con el trabajo proselitista en ese sector.
Cristina Fernández de Kirchner ha vuelto. Aún no se sabe al 100% si será candidata a senadora en octubre, pero su regreso a la primera línea de la política es definitivo. Pese a las enormes críticas recibidas, pese a los escándalos, a los procesos por presunta corrupción y a la derrota electoral de 2015 frente a Mauricio Macri, la expresidenta conserva un enorme número de fieles. Y miles de ellos se congregaron en el estadio Julio Grondona, en Sarandí, el corazón del conurbano de Buenos Aires, la zona obrera y pobre del país donde ella tiene un respaldo de hasta el 40%. “Lo importante es canalizar esta fuerza, esta decisión ciudadana en organizar a la sociedad, por eso convoco y los convoco a la unidad ciudadana, a la unidad de todos los argentinos y argentinas. Porque estoy convencida de que esta etapa histórica de agresión neoliberal a todos los estamentos de la sociedad no es una cuestión de partidos políticos”, dijo Kirchner en el arranque de su discurso.
Cristina Kirchner tiene fieles, muchos fieles, pero ya no tiene poder y ni siquiera partido. Con tal de no enfrentarse en unas primarias al que ella considera su "empleado", el exministro Florencio Randazzo, la expresidenta ha decidido salir del Partido Justicialista, el peronismo que le sirvió a ella y a su marido, Néstor Kirchner, para alcanzar el poder primero en Santa Cruz y después en todo el país. Por eso, porque es una dirigente sin partido, ella dio una orden clara que todos los suyos cumplieron como siempre de forma casi militar: no había banderas de diferentes agrupaciones, como es costumbre. "Solo banderas argentinas", ordenó ella, precisamente en el día de la bandera, festivo en todo el país. Y así fue, con algunas excepciones, como el grupo Kolina.
Todo era distinto a la escenografía clásica. La expresidenta hizo subir al escenario a un grupo de hombres y mujeres afectados por la crisis: estudiantes, científicos, maestras, pequeños empresarios, madres de siete hijos, voluntarias de un comedor, jubilados, inmigrantes bolivianos. A todos los que presentó con nombre y apellido y una pequeña historia de vida, una técnica que también utiliza su rival, Macri, asesorado por el gurú ecuatoriano Jaime Durán Barba. Kirchner usa así lo que funciona de su contrincante. La expresidente enumeró los pesares de esos ciudadanos, uno por uno, como ejemplo de lo que ella quiere denunciar, “la realidad que tenemos que encarar y modificar”. Algunos en el público lloraban con las historias. Todo parecía medido para lograr un relato: Argentina era un país que funcionaba y Macri lo destruyó. La realidad es mucho más compleja, pero los mítines no son lugar para matices. “Si tenemos que traer a todos los sectores con problemas seguimos acá mañana”, dijo ella, mientras pedía médicos para personas que se desmayaban. “¿Qué les pasa? Es que hoy hace mucho frío”, comentaba.Ella estaba sola, sin teloneros, nada. Ella y los suyos, sin partidos. Era una Cristina diferente, menos agresiva, que intenta limitar el enorme rechazo que genera su nombre en algunos sectores. Una y otra vez repetía que la crisis y la subida de tarifas decretada por el Gobierno afecta por igual a kirchneristas y macristas. Y cuando el público empezó a insultar a Macri, ella los frenó: "Nada de insultos, hemos venido a construir una unidad ciudadana". La campaña de los Kirchner parece haber tomado ideas que le han funcionado al macrismo: solo banderas y el himno argentino como colofón, sin marchas peronistas.
“Lo que necesitamos es ponerle un límite en las próximas elecciones, ponerle un freno a este gobierno y al ajuste. No le hagamos el juego a los que intentan confundir hablando del pasado, claro que tenemos pasado, pero con ellos no tenemos futuro, ese es el verdadero problema. Tenemos que poner un freno a tanto disparate. Así no se puede seguir”, dijo Kirchner. El estadio, no muy grande, se desbordó enseguida y se vivieron escenas de tensión con la gente que quería entrar superando el aforo. Algunos se colocaron en las colinas de alrededor para seguirlo. Incluso los trenes de cercanías que pasan lindante al estadio aminoraban su marcha para verla. "A volver, vamos a volver", gritaban todos.
“Tengo 3 hijos y soy abuelo y es realmente muy complicado vivir porque no hay trabajo. Mi hijo cobra el salario en tres cuotas mensuales, dicen que hay una mejora pero es virtual. Yo en este momento no veo mejora”, dice José Sinfrón, un taxista de 56 años. Raquel González llegó desde San Martín, en el extrarradio de Buenos Aires. “Vine a apoyar a Cristina porque con ella estábamos mejor y me alcanzaba para comer. Hoy solo puedo hacerlo una vez al día porque no hay trabajo. El kirchnerismo tiene que volver distinto, con otra gente, más joven, y otra mentalidad”, dice.
Cuando el kirchnerismo perdió el poder no sólo en el país sino también en la provincia de Buenos Aires, algo inesperado, parecía en desbandada. La guerra por la sucesión era brutal, mientras ella se recluía en su refugio de El Calafate, al lado del glaciar Perito Moreno. Pero 16 meses después, los malos datos económicos de Macri, la inflación y la crisis que afecta sobre todo al conurbano de Buenos Aires, y la incapacidad del peronismo para encontrar un relevo han vuelto a ilusionar a los kirchneristas. Creen que es posible que ella gane en la provincia de Buenos Aires, se convierta en senadora y desde ahí pueda dar el salto a la presidencia en 2019. El Gobierno de Macri está convencido de que eso es imposible y más con la división del peronismo.
Los antikirchneristas sueñan con una derrota, la primera de su carrera, que acabe con ella definitivamente. A la misma hora en que ella hablaba, frente a la sede de los tribunales federales que instruyen sus causas por presunta corrupción, manifestantes antikirchneristas reclamaban a los jueces que tomen decisiones ya, que actúen contra la corrupción.
Cristina Kirchner no deja indiferente a nadie. Tiene fieles pero también muchos que la detestan. Las encuestas que maneja la Casa Rosada la dan perdedora, y por eso aún creen que a última hora -el sábado es la fecha límite- no se presentará. Pero ninguno de los miles de personas que fueron al estadio a verla se plantea siquiera esa posibilidad. Para ellos, Cristina ha vuelto, y no hay marcha atrás. Cualquiera que haya estado en ese mitin multitudinario pensaría que se presenta y ese era el inicio de su campaña. Pero en Argentina, y más en el mundo de la expresidenta, hacer previsiones de más de dos horas es muy arriesgado.
Todo liderazgo nace de un pacto. Tácito o explícito. El dirigente debe asumir a quién representa y qué intereses defiende. El peronismo destaca como propio el valor de la lealtad. Se la celebra cada 17 de octubre a lo largo y ancho del país con actos de todos tenores, desde pequeños clubes de barrio y organizaciones vecinales hasta ampulosos despliegues se congregan a la liturgia militante. La tan mentada lealtad no es de aplicación endogámica: “lealtad entre peronistas”, sino “lealtad al pueblo”, pacto que fue asumido por Perón desde el momento en que asumió la Secretaría de Trabajo y Previsión el 23 de noviembre de 1943.
Fue tan solo un mes después, cuando José Domenech, dirigente ferroviario, lo eternizara como “El primer trabajador” por las medidas impulsadas desde ese primer bastión. Allí se extendió el sistema jubilatorio, alcanzando a más de dos millones de trabajadores hasta entonces desamparados. A su vez, se negociaron los primeros convenios colectivos de trabajo en la historia del país, se sancionó el Decreto 33.302/43 extendiendo a todos los trabajadores las indemnizaciones por despido, se sancionó el Estatuto del Periodista; se creó el Hospital Policlínico para trabajadores ferroviarios; se prohibieron las agencias privadas de colocaciones y se crearon Escuelas Técnicas orientadas a obreros. Para no abrumar con enumeraciones, resulta insoslayable incluir el Estatuto del Peón Rural que abolió los restos feudales de la Argentina latifundista y se favoreció la sindicalización de los obreros. La Argentina pasó de tener en 1941 356 sindicatos con 441.412 miembros a 969 sindicatos con 528.523 afiliados en 1945.
Por eso a la distancia resultan curiosas por su miopía las apreciaciones de quienes consideraban informe y desideologizada la convocatoria del 17 de octubre de 1945. Allí se selló la lealtad, un vínculo recíproco. Como señaló recientemente el gobernador Alberto Rodríguez Sáa, “Queremos a Perón” no era una apelación personalismo, constituía un programa claro del rumbo que los trabajadores habían asumido para sí y para el país en su conjunto. Perón se convirtió en el significante de la dignidad del pueblo. “Perón Cumple” constituía la ratificación del pacto fundante frente al “subsuelo de la Patria sublevado” de Scalabrini Ortiz, la “Argentina invisible” de Marechal.
Hoy enfrentamos una coyuntura compleja. Un gobierno que día tras día ajusta y restringe los derechos de la mayoría de los argentinos. En apenas 18 meses hemos llegado al desempleo más alto de los últimos 10 años, un endeudamiento descontrolado que hipoteca el destino de las próximas generaciones, 1,5 millones de nuevos pobres y 600 mil indigentes de acuerdo a números oficiales. Se registra el menor consumo de leche en los barrios populares desde 2001, mientras la industria se desploma, se recortan hasta las pensiones por discapacidad y el gobierno continúa tapando la realidad con complicidad mediática y judicial.
Es entonces cuando decir “Queremos a Cristina” implica decir “queremos recuperar y defender nuestros derechos”, frente a los intereses concentrados. Es que en 12 años de gobierno sentimos y participamos del mayor ciclo de crecimiento y ampliación de derechos que tengamos memoria. La creación y defensa de 6 millones de puestos de trabajo, la recuperación de los fondos jubilatorios para incluir a más de 4 millones de jubilados, la Asignación Universal por Hijo, la Recuperación de YPF, el desendeudamiento, los 7.5 millones de argentinos que ingresaron a la clase media, entre otros hitos marcaron a fuego la memoria de este pueblo y constituyen un faro hacia el futuro.
Existe una persecución mediática y judicial permanente contra su figura: “No vienen por mi, sino por ustedes”, nos alertó aquel 9 de diciembre de 2015. No se trata -solamente- de una venganza por los privilegios perdidos durante su gobierno, sino de un intento por borrar y proscribir de la sociedad argentina lo que ella representa. La mera idea de un gobierno que rescate el poder político frente a las corporaciones y trabaje por la soberanía popular resulta intolerable para el orden que busca implantarse desde el actual gobierno. Tuvieron que mentir para llegar al poder. Iban a sostener las políticas de su gobierno. Es por eso que su mayor temor es que el pueblo los castigue votando nuevamente a quien jamás tomó una medida en su contra.
Queremos a Cristina porque sabemos que Cristina cumple. Durante 12 años nos defendió y nos empoderó como nunca antes. Se escucha en los barrios populares, en los sindicatos, en las plazas que a lo largo y ancho del país se han llenado para frenar la avanzada neoliberal. Tenemos un programa, queremos a Cristina.
Cristina Fernández de Kirchner presentó su candidatura por la provincia de Buenos Aires para las elecciones del Senado. Foto: AFP.
Tras presentar en un acto esta semana el frente Unidad Ciudadana, la expresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner inscribió su precandidatura al Senado con su fórmula, el excanciller Jorge Taiana, por la provincia de Buenos Aires.
Luego de meses de especulaciones, finalmente se conoció la noticia a pocas horas de cierre del plazo para la presentación de listas de precandidatos ante las juntas electorales partidarias.
Por este frente y después de una bancada en la Cámara de Diputados, encabezan la lista la economista Fernanda Vallejos, el exgobernador de la provincia de Buenos Aires Daniel Scioli, Fernando Espinoza, Leopoldo Moreau, Roberto Salvarezza y Hugo Yasky, entre otros.
Ya Fernández lo había dicho en sus intervenciones, en la que llamó una y otra vez al pueblo a unirse, que si era necesario regresaría.
“Quiero volver a ser parte de un movimiento político donde lo importante es el pueblo, donde lo importante son los que sufren, los que necesitan. Esta es la Argentina que queremos, esto es Unidad Ciudadana para que lo entiendan todos”, expresó la exmandataria el martes en una aborratada cancha Arsenal del partido bonaerense de Avellaneda.
“No hay que bajar los brazos, no hay que ponerse triste, no hay que llorar, esto tiene que darnos las fuerzas a todos para saber que tenemos que construir algo mejor de lo que tuvimos hasta ahora”, manifestó.
La expresidenta había presentado esta semana el Frente Unidad Ciudadana. Foto: Página 12.
“Convoco a la unidad de todos los argentinos porque estoy convencida” -señaló- que esta etapa histórica de agresión neoliberal a todos los estamentos de la sociedad no es una cuestión de partidos políticos.
“Siento que le han desorganizado la vida a la gente, que nos han desorganizado la vida. Necesitamos ponerle un límite a este gobierno en las próximas elecciones para que pare el ajuste”, advirtió Fernández.
El nuevo frente Unidad Ciudadana está compuesto por los partidos que integraban el Frente para la Victoria, aunque formalmente sin el Partido Justicialista.
La plataforma versa sobre una serie de 15 propuestas en la que los firmantes señalan que resulta imprescindible construir una nueva relación de fuerzas políticas y sociales que exprese la Unidad Ciudadana para frenar el ajuste permanente, la desindustrialización endémica, el endeudamiento serial y la especulación financiera que la Alianza Cambiemos tiene como únicas metas de gobierno.
“El problema no es el pasado que todos y cada uno de los argentinos tenemos, sino que con las políticas del gobierno de Cambiemos no hay futuro para nadie. Queremos volver a tener futuro. Queremos volver a tener un país donde era posible tener proyectos y un plan de vida”, indica el texto.
La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el canciller Jorge Taina serán compañeros de boleta. Foto: Página 12.
Este sábado también el exministro del Interior y Transporte Florencio Randazzo confirmó en un mensaje en el servicio de microblogging Twitter su precandidatura a senador nacional por la provincia de Buenos Aires desde su nuevo frente Cumplir, dentro del Partido Justicialista.
En tanto Cambiemos, la alianza que llevó a la presidencia a Mauricio Macri, oficializó los aspirantes a una curul en el Senado y Diputados por esa misma provincia, cuya lista lidera el actual ministro de Educación, Esteban Bullrich, acompañado por la titular de Acumar (Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo), Gladys González.
Cristina regresa a la política de manera activa. Foto: AFP.
Por su parte la candidatura a Diputados la encabezan Graciela Ocaña, seguida por el Héctor Flores.
Mientras el expresidente Carlos Menem confirmó que competirá en las elecciones primarias como precandidato a senador por La Rioja, con la que buscará su tercer mandato en la Cámara alta.
Los partidos, alianzas y frente electoral que faltan tienen hasta la medianoche para presentar sus precandidatos, la lista mediante color o nombre, los avales correspondientes, la declaración jurada de todos los postulados y la plataforma programática.
Según el cronograma electoral, la campaña electoral para las PASO (Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias) echará andar oficialmente el 14 de julio hasta el 11 de agosto.
Dos días después se realizarán las elecciones y, tras los resultados, iniciará un nuevo ciclo camino al 22 de octubre, cuando se renovará la mitad de la Cámara de Diputados (127 integrantes) y un tercio del Senado (24 miembros correspondientes a ocho provincias).
Cristina Kirchner lanzó la campaña de Unidad Ciudadana desde Mar del Plata con un llamado al electorado
“No me voten a mí, sino a ustedes mismos”
Los protagonistas del lanzamiento de CFK como candidata a senadora fueron los marplatenses que la acompañaron y contaron cómo sobreviven a la crisis económica. “El voto servirá para detener tanto dolor y sufrimiento”, dijo la ex presidenta.
Cristina Kirchner llamó a los demás candidatos y a los militantes a salir a la calle para “escuchar lo que le está pasando a la gente”.
El frente Unidad Ciudadana lanzó la campaña electoral para las primarias en la ciudad de Mar del Plata. No fue casual la elección de esa ciudad, ya que no solo está administrada por Cambiemos sino que además es la que tiene el mayor porcentaje de desempleo de toda la provincia, el 10,6 por ciento. Los marplatenses que rodearon a Cristina Fernández de Kirchner dieron cuenta de esa situación, de cómo viven y cómo sobreviven a la crisis económica. En ese marco, CFK llamó a los otros candidatos de su espacio político a salir a la calle para “escuchar lo que le está pasando a la gente y le digan a la gente que hay una esperanza y que es su voto”.
Esta vez el acto no se realizó en un estadio de fútbol, como ocurrió en el lanzamiento del frente UC, sino el teatro Radio City y que rápidamente quedó colmado. Los precandidatos esta vez estuvieron en el escenario pero ocupando un claro rol secundario porque los protagonistas fueron aquellos que CFK fue llamando uno a uno y por su nombre.
Cristina Kirchner ingresó por el pasillo de la platea junto a su compañero de fórmula para el Senado, Jorge Taiana, y a la primera precandidata a diputada nacional Fernanda Vallejos. Entraron justo cuando se escuchaba el estribillo de la canción Antes y después, de Ciro Martínez, y que dice “qué placer verte otra vez, nos decimos sin hablar, hoy todo vuelve a empezar y será lo que ya fue”.
Los protagonistas del acto fueron los marplatenses que relataron sus pesares en estos 18 meses de gobierno macrista. Esos relatos le dieron el contexto para el discurso posterior de CFK, quien les pidió a sus precandidatos que salgan a la calle a “escuchar, acompañar y ayudar”. Con los aspirantes a senadores y diputados provinciales y concejales en el fondo del escenario, les indicó que le digan a los electores que “hay una esperanza y que es su voto”. Mirando a los participantes les recordó que “el voto es el instrumento más defensivo que nos puede dar la democracia y que servirá para detener tanto dolor y sufrimiento”.
CFK reiteró el concepto de votar en defensa propia que ya había desarrollado durante el acto del estadio de Arsenal de Sarandí. Eso sí, sorprendió al sostener que “no estamos pidiendo que me voten a mi sino a ustedes mismo en defensa de ustedes. Eso es lo que pedimos”. Pero de inmediato indicó que ese voto “lo tiene que escuchar el Gobierno, el que sabe que una ciudadanía no puede seguir sufriendo y tolerando”. Para los que estaban en el teatro no hubo duda de a quién debían votar y lo expresaron con un largo aplauso.
No sólo les pidió que voten sino que además les dijo que deben tener y dar esperanza e incluso mantenerse unidos. Casi como si se tratara de una súplica e incluso un presagio, pidió que “estén todos unidos porque si los ven tristes, si los ven desesperanzados, si los ven desunidos, el Gobierno hará cualquier cosa con ustedes. Unidos reconstruimos la esperanza y vamos a lograr que el Gobierno escuche. Nos merecemos un país mejor”.
Detrás de ella los marplatenses que la habían precedido en la palabra aplaudían y buscaron nuevamente abrazarla. Desde las butacas se escuchó el cántico “vamos a volver”. En la calle se agolparon miles de seguidores que se mantuvieron en el lugar jugando con la esperanza de poder ver a la ex presidenta cuando saliera del teatro.
El acto tuvo una cuota importante de emotividad y la dieron los relatos de los ciudadanos que la acompañaron en el escenario. Uno de ellos fue Héctor, propietario de una microempresa que se dedica a la producción de camperas. “Si uno recorre la avenida del centro comercial, en las tres cuadras que me rodean hay 26 comercios cerrados y ha prosperado una cartelería que es la de ‘liquidación por cierre’”, dijo para luego confesar que el temor que lo acosa es la posibilidad de volver al trueque, como le ocurrió hacia fines de los años 90.
Luego llegó el turno de Gabriel que trabaja como peón de taxi. Se acercó a CFK cuando ésta lo llamó. Sacó un papel de su bolsillo y lo desplegó para leer porque, como dijo, estaba demasiado nervioso. “Desde hace 18 meses, la ciudad de Mar del Plata está muerta y cada día que pasa se muere más. Todo diez mil veces peor. Comercios que cierran, puerto fantasma, me tiene podrido el taxi y Macri”, dijo. La voz le temblaba y Cristina le tocaba su hombro para calmarlo. Las lágrimas le jugaban en contra y con dificultad consiguió seguir leyendo: “Hoy todos caminan abrigados, te miran con ganas de subir al taxi pero no se puede, está la luz, el gas, el agua, la leche, la carne y el pan. Tengo otro oficio pero tengo miedo de dejar el taxi porque pienso en la luz, el gas, el agua, la leche, la carne y el pan”. El silencio con el cual el teatro completo siguió su relato se transformó en un ruidoso aplauso cuando Gabriel guardó el papel y se abrazó con CFK.
Las historias se sucedían con un denominador común: la crítica situación económica que atraviesan desde que Macri llegó a la presidencia. Por caso, Blanca, que trabaja en un taller textil donde es delegada, relató que desde hace 15 años toma el mismo colectivo, que se encuentra con otras trabajadores y al charlar con ellos todos hablan de “los perjuicios que nos está ocasionando este gobierno”. Como si fuera una privilegiada entre millones, contó que por ahora el dueño de la empresa está logrando pagar los salarios e incluso el aguinaldo en un solo pago.
Cristina Fernández publicó su manifiesto de campaña para legislativas
14 Julio, 2017 14:01
14 Julio, 2017 14:01
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La expresidenta argentina, Cristina Fernández, publicó un documento donde adelantó las características de la campaña de su partido, Unidad Ciudadana, para las próximas elecciones legislativas previstas para octubre.
El “Manifiesto por una campaña al servicio de los argentinos” destaca que se caracterizará por rechazar la campaña sucia, respetar al contrario, el compromiso con la verdad y el desarrollo de temas que afectan la vida cotidiana del ciudadano común, explicó en el documento publicado a través de su cuenta en Twitter, @CFKArgentina.
“Los candidatos y candidatas de Unidad Ciudadana están al servicio del pueblo para escuchar sus preocupaciones, sus miedos, sus intenciones y necesidades. La realidad argentina es la que duele, la que necesita ser escuchada y nosotros queremos que ese sea el eje central”, se lee en el manifiesto.publicó su manifiesto de campaña para legislativas
Las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) que se realizarán el próximo 13 de agosto, y para las cuales ya se inició la campaña, son el primer escalón para las elecciones generales que posteriormente renovarán la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio de Senadores.
Según ha reiterado Fernández, Unidad Ciudadana “representará los intereses de todos los hombres y mujeres de carne y hueso”.
La nueva coalición está compuesta por los partidos que integraban el Frente para la Victoria, aunque no lo integra el Partido Justicialista (Compromiso federal, Frente Grande, Kolina, Nuevo Encuentro y el Partido de la Victoria.
La ex presidenta y candidata a senadora por Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner, recibió ayer al Grupo de Curas en Opción por los Pobres, quienes le entregaron una Virgen de Luján para que la coloque en el Instituto Patria. En el único mensaje que difundió luego del hallazgo del cuerpo de Santiago Maldonado, CFK escribió el jueves por la noche en las redes sociales: “Respeto. Reflexión. Decisión. Por la Argentina que nos merecemos”.
La ex presidenta desarrolló una estrecha relación con los curas que trabajan en los barrios humildes, incluso compartieron alguna actividad durante la campaña. Por otro lado, algunos días atrás, el grupo de curas difundió un extenso mensaje en el que criticó a Cambiemos, convocó a “no darle el voto” al oficialismo y consideró que “un cristiano no puede votar a un Gobierno como éste”. Bajo el título “Ante las próximas elecciones legislativas”, la carta de los religiosos cuestionó al macrismo por “sus políticas de corte neoliberal conservador” y por su “perfil autoritario”. Ayer, ya en veda, los curas le acercaron una virgen a la ex presidenta.
En tanto, para seguir de cerca la organización de la jornada electoral por parte de Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner mantuvo comunicaciones telefónicas con diferentes dirigentes de su espacio para analizar la situación en cada distrito de la provincia de Buenos Aires. Además, la candidata a senadora se comunicó con Susana Hornos, la mujer del actor Federico Luppi, quien falleciera ayer, para brindarle su saludo.
Las falsedades escritas en el certificado de defunción de Pablo Neruda el 23 de septiembre de 1973 constituirían méritos para una querella criminal, una noticia impactante difundida hoy en Chile.
El abogado Eduardo Contreras, que lleva el caso por el Partido Comunista al cual pertenecía Neruda, remarcó que las valoraciones de un Panel de Peritos de seis países son demoledoras.
“Conocer que no murió de caquexia cancerosa (falta de apetito, debilidad y pérdida de peso), apunta directamente al doctor Sergio Drapper como uno de los presuntos culpables del asesinato del poeta”, sentenció Conteras.
El certificado de defunción expedido en la clínica Santa María de Santiago fue falseado, sin discusión alguna, y hay indicios de que a mi tío no se le aplicó tratamiento adecuado, denunció su sobrino Rodolfo Reyes Muñoz.
La realidad es que el grupo de expertos internacionales que estudia las causas del deceso del Premio Nobel de Literatura dictaminó en esta capital que no fue provocado por un cáncer de próstata, sino probablemente por una bacteria.
“Si todo va bien, en el plazo de un año tendríamos una respuesta concreta y clara a los estudios de genómica microbiana”, declaró el forense español Alvaro Luna, quien fue categórico al precisar que no murió de cáncer.
Tenía efectivamente un cáncer de próstata avanzado pero “lo que es rotundamente cierto, al 100 por ciento, es que el certificado no refleja la realidad del fallecimiento”.
Luna, que encomió el trabajo minucioso de peritaje en Canadá y Dinamarca, indicó que el perfil genómico, si se tratara de una bacteria cultivada en un laboratorio, sería una evidencia rotunda.
“Estaríamos ante la intervención de un tercero y se habría administrado con una finalidad criminal la bacteria al cuerpo (de Neruda)”, apostilló.
Con cautela, el Ministro en Visita Especial para el expediente del Premio Nobel de Literatura, Mario Carroza, fue directo: “la caquexia está descartada. Eso está claro”.
El doctor Luna indicó que en un período razonable entre seis meses y un año, se pudieran dar una serie de resultados para confirmar o excluir la acción de un tercero en la muerte del poeta.
“Es un honor trabajar en el caso de una personalidad como Pablo Neruda, lo cual es también un desafío científico”, coincidieron científicos de Canadá, Dinamarca, España, Francia, Estados Unidos y Chile.
Certificado de defunción de Pablo Neruda, expedido el 23 de septiembre de 1973. Foto: Prensa Latina.
Sus restos “hablan” y el crimen parece cierto
Rodolfo Reyes, sobrino del poeta chileno Pablo Neruda, asiste a una conferencia de prensa sobre las causas probables de la muerte del poeta en Santiago de Chile. Foto: Rodrigo Garrido / Reuters
Los restos de Pablo Neruda ”hablaron” y hoy más que nunca su crimen parece cierto, con detalles por confirmar en una exquisita labor forense que probablemente marcará un hito histórico.
“No son las letras de Neruda que nos hablan, es su cuerpo quien ha hablado (…) para que el mundo escuche”, escribieron en un sentido comunicado sobrinos y familiares del autor de Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada.
El Panel Genómico-Proteómico integrado por 16 científicos de seis países, en deliberaciones aquí, dejó en claro que el vate no falleció de cáncer, lo que inclina la balanza a la mano negra de agentes de la dictadura de Augusto Pinochet.
Con la voz quebrada por la emoción, Rodolfo Reyes Muñoz, abogado y sobrino de Neruda, destacó que “el mundo de la cultura y la literatura están en un nuevo duelo, esta vez confirmando que tenía una salud deteriorada pero compatible con la vida (…)”.
No murió el 23 de septiembre de 1973 por caquexia cancerosa, como reza en el certificado de defunción, y todo indica que la inyección letal que denunció hace años su chofer Manuel Araya, inoculó en el cuerpo del poeta bacterias venenosas.
Las falsedades escritas en el certificado de defunción del Premio Nobel de Literatura constituirían méritos para una querella criminal, consideraron varios abogados y especialistas consultados.
En conversación con Prensa Latina, el letrado Eduardo Contreras, que lleva el caso por el Partido Comunista al cual pertenecía Neruda, remarcó que las valoraciones del Panel son demoledoras.
“Conocer que no murió de caquexia cancerosa (falta de apetito, debilidad y pérdida de peso), apunta directamente al doctor Sergio Drapper como uno de los presuntos culpables del asesinato del poeta”, sentenció Conteras.
El certificado de defunción expedido en la clínica Santa María de Santiago fue falseado, y hay indicios de que a mi tío no se le aplicó tratamiento adecuado, denunció Reyes Muñoz.
“Si todo va bien, en el plazo de seis meses a un año tendremos una respuesta concreta y clara a los estudios de genómica microbiana“, declaró el forense español Alvaro Luna, quien fue categórico al precisar que no murió de cáncer.
Tenía efectivamente un cáncer de próstata avanzado pero “lo que es rotundamente cierto, al 100%, es que el certificado no refleja la realidad del fallecimiento“.
Con cautela, el Ministro en Visita Especial para el expediente del Premio Nobel de Literatura, Mario Carroza, fue directo: “la caquexia está descartada. Eso está claro”.
Han surgido indicios de otra bacteria -que se añade al estafilococo dorado encontrado en los restos de Neruda- por los laboratorios de Canadá y Dinamarca, lo cual requerirá de procesos de verificaciones, anticipó el doctor Luna.
Pudo comprobarse en exámenes genóminos-proteómicos la presencia de bacterias en un molar que no son normales.
Clostridium botulinum es el nombre de la bacteria hallada en las osamentas del bardo en un molar y si bien el forense Luna subrayó que no era necesariamente asociada al envenenamiento, otras fuentes aseguran que sí.
Una abogada que pidió el anonimato relató a Prensa Latina que se trata de una bacteria altamente venenosa que según varios procesos judiciales, fue usada por agentes de la dictadura de Pinochet contra prisioneros opositores.
La disputa por la tercera banca en la provincia de Buenos Aires
Por un lugar en el Senado
Jorge Taiana acompaña a Cristina Kirchner en la boleta de Unidad Ciudadana. Gladys González completa la de Cambiemos detrás de Esteban Bullrich. Luego de la paridad de las primarias, en las elecciones de hoy sólo queda decidir cuál de ellos ingresa a la Cámara alta.
JORGE TAIANA, COMPAÑERO DE BOLETA DE CRISTINA KIRCHNER
Peronista desde la cuna
“Ahora te va a costar bastante volver a ser canciller”, le dijo en broma otro de los candidatos de Unidad Ciudadana cuando se lo cruzó sobre el escenario de Racing apenas cerró el acto del lunes pasado. Jorge Taiana sorprendió en la celebración por el Día de la Lealtad no sólo por su enérgico discurso sino por su arenga a las tribunas para cantar el “Y ya lo ve, el que no salta es un inglés”, luego de recordar el acuerdo que el gobierno de Mauricio Macri firmó el año pasado con el Reino Unido. Llevado por las circunstancias, el dirigente de histórica militancia justicialista le pasó por encima al mesurado diplomático que convive en él. “Vi tanta gente, pensé que había que meter pelona”, comentaría luego Taiana, devenido en protagonista de las elecciones de hoy.
Lo expresó Cristina Kirchner en el relanzamiento de la campaña de Unidad Ciudadana después de las PASO. Luego de la paridad de las primarias, en los comicios de hoy sólo queda decidir si el tercer senador por la provincia es Taiana o la poco conocida Gladys González. Y si se trataba de convencer a los peronistas, no podía haber dudas. “La trayectoria de Taiana, su historia, su vida, su participación en la cosa pública, su compromiso, también su sufrimiento”, enumeró las razones. Hay algo cierto, pocos di
Cristina Kirchner se posicionó como la principal oposición al gobierno nacional
“Unidad Ciudadana ha venido para quedarse”
La ex Presidenta envió un mensaje al peronismo y otras fuerzas políticas que se diferenciaron del oficialismo. Aseguró que es preciso “ampliar la base de crecimiento” para generar la alternativa, que debe tener un claro perfil nacional y popular.
“Hemos enfrentado a las más enorme concentración de poder desde la restauración de la democracia”, dijo CFK. Imagen: Leandro Teysseire
“Unidad Ciudadana ha venido para quedarse”, reafirmó Cristina Fernández de Kirchner durante un corto pero preciso discurso que utilizó para situar políticamente a la UC como “la principal fuerza opositora contra el modelo político y social de ajuste”. Los porcentajes del escrutinio provisorio la dejaban segunda en las preferencias bonaerenses pero ella se concentró en lo que debe ocurrir en el futuro inmediato. En ese marco, envió un mensaje a los líderes del peronismo y de otras fuerzas políticas que triunfaron en sus distritos porque, como indicó, se diferenciaron del oficialismo. No criticó a nadie y aseguró que es preciso “ampliar la base de crecimiento” para generar la alternativa, que debe tener un claro perfil “nacional y popular”.
Apenas nueve minutos duró el mensaje donde enumeró lo que podría ser considerado como un decálogo fundacional de UC. No sólo afirmó que vino para quedarse sino que además la senadora electa la situó como “la base, no la totalidad, de la construcción de la alternativa a este gobierno”. Una frase que sonó a propuesta de la necesaria organización de un frente político que va más allá de UC e incluso del peronismo como estructura partidaria. En ese sentido indicó que su fuerza política “sabe que ha recibido su voto fundacional, una semilla de esperanza política y la vamos a regar todos los días”.
CFK se mostró contenta, repartió besos, saludos y sonrisas a los cientos de jóvenes que se agolparon debajo del escenario donde ella estuvo rodeada de los candidatos bonaerenses y dirigentes kirchneristas. La alegría la justificó en que UC “ha sumado en estas elecciones más votos que en las PASO”. Es más, indicó que ese incremento se consiguió a pesar de que “hemos enfrentado a las más enorme e inédita concentración de poder de la que se tenga memoria desde la restauración democrática”. Por ese motivo les dijo a todos que deben sentirse orgullosos “porque el resto de las fuerzas opositores no han resistido el avance del oficialismo y nosotros hemos crecido”. La multitud y los otros candidatos la ovacionaron.
CFK se preocupó en insistir en la necesidad de construir un frente político donde si bien UC jugará un rol importante no puede ser la única fuerza. “No estamos solos”, dijo y agregó, para dar pistas de a quiénes se debe convidar la construcción de ese frente, sostuvo que “hay también en otras provincias con claros y firmes liderazgos políticos con los cuales las oposiciones firmes y claras han avanzado en todo el país”.
La senadora electa fue cuidadosa a la hora de señalar las preferencias electorales de la sociedad. No criticó al que optó por Cambiemos. En todo caso se concentró en señalar que otro sector importante de la Argentina ha elegido a la UC como “el modelo de oposición que quiere”. De paso recordó ella y sus dirigentes “nunca criticamos y desprestigiamos a otras fuerzas opositoras porque creemos en la necesidad de la unidad de las fuerzas políticas que creen que este modelo político y social de ajuste solo puede causar dolor a la inmensa mayoría del pueblo”.
Para Cristina la razón es “sencilla” y lo reiteró al sostener que sólo se podrá frenar el modelo macrista con “unidad por encima de las diferencias parciales y sobre todo no personalizar y subjetivar en política”.
Es verdad, CFK no reconoció la derrota. Cuando ella triunfó como presidenta nunca recibió el saludo de los que hoy son oficialismo. En todo caso, CFK se valió de una oración que puede asimilarse a ello, pero a la vez reafirmó la principal característica de la fuerza política que conduce: “Los números que tenemos no nos alcanzan para superar a nuestros adversarios. Pero somos serios y responsables, por eso jamás montaríamos un espectáculo para dejarlo contentos a ustedes y mostrar otra imagen para la televisión. Nosotros somos una fuerza nacional y popular”.
Mientras el recuento provisorio se detenía en el 98,18 por ciento de las mesas y mostraban que Cambiemos obtenía el 41,38 por ciento de las preferencias para senadores y Unidad Ciudadana se quedaba con el 37,25 por ciento, Cristina Kirchner le daba las gracias a la multitud que la acompañaba. Abajo, los jovencitos que la vitoreaban elevaron más sus gritos. Habían estado prácticamente desde que terminó la votación y ocuparon esa zona de la cancha de básquet. Habían transcurrido largas horas pero no todo fue igual.
A diferencia de lo que su sucedió en el más que extenso escrutinio de las PASO del 13 de agosto pasado, esta vez todo fue mucho más rápido. La otra diferencia con las primarias fue que en esta oportunidad la variación de la diferencia de los votos entre CFK y los candidatos mudos de Cambiemos fue casi imperceptible. El oficialismo siempre estuvo al frente por una diferencia de seis puntos que (muy) lentamente se fue reduciendo a los cuatro puntos porcentuales que mostró la web del escrutinio oficial.
Más allá de esos datos, en el estadio los jóvenes que se congregaron para acompañar el recuento de votos no bajaron el entusiasmo. El 13 de agosto, por caso, hubo momentos de desconcierto y lapsos de silencio que en esta oportunidad no sucedió. “Somos los soldados del pingüino”, gritó la muchedumbre cuando se aproximaba el momento del discurso de CFK. “No pasa nada si todos los traidores se van con Massa”, fue la parte del cántico que más fuerza le pusieron los que gritaban como festejando la desgracia del ex intendente de Tigre que fue derrotado incluso en su terruño. La locutora los convocaba a saltar y gritar aún más. No era necesario porque los militantes no bajaron la intensidad de sus gritos que fueron mucho más cuando comenzaron a ingresar los candidatos y, sobre todo cuando apareció Cristina a los que regaló besos, saludos y sonrisas. Las palabras finales del discurso de Cristina fueron para ellos pero también envió un último mensaje: “Mañana empieza el trabajo de Unidad Ciudadana”.
Leandro Teysseire
Los militantes de Unidad Ciudadana alentaban anoche a la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
Stolbizer Y Massa le tiran con todo a Cristina pero siguen coqueteando con Macri ....
Stolbizer se mostró con Vidal
Luego del escaso éxito de su alianza electoral con Sergio Massa, Margarita Stolbizer se mostró ayer junto a la gobernadora María Eugenia Vidal. “Siempre dije que considero a la gobernadora muy valiosa, la aprecio mucho”, avisó la diputada. Sin embargo, aseguró que no tenía en la mira asumir en la gestión de Cambiemos. “No estoy detrás de ningún cargo”, se defendió.
Medidas judiciales y versiones mediáticas sobre el dinero que no está
El agujero negro de la causa de los cuadernos
Ante la ausencia del supuesto botín, el Ejecutivo ofreció una recompensa y la Justicia llevó a declarar al financista Ernesto Clarens y al ex funcionario José López. También reaparecieron las historias sobre bóvedas y paredes huecas, aun en domicilios varias veces allanados.
En los allanamientos a los departamentos del primero y cuarto piso del edificio donde vive CFK no se encontró nada, ni aun en la supuesta pared hueca.Imagen: NA
El juez y el fiscal de la causa de las fotocopias de los cuadernos saben que la pesquisa tiene un agujero inmenso: si hubo centenares de millones de dólares en supuestas coimas, en algún lugar tienen que estar. Sin el hallazgo del botín, el caso queda débil: se dirá que le encontraron plata a los Macri y no a los Kirchner. También la Casa Rosada sabe de esa orfandad probatoria. De manera que todos se han lanzado en una misma dirección. Por eso, el Poder Ejecutivo ofreció una recompensa; llevaron a declarar al financista Ernesto Clarens y al ex secretario de Obras Públicas José López; y, lo más curioso, vuelven con las viejas historias de que hay bóvedas –aun en domicilios que fueron allanados más de una vez–; paredes huecas e incluso que las coimas están en las inversiones con que los Kirchner hicieron dos hoteles en El Calafate. Aunque parezca increíble, esto último fue investigado en ocho (8) causas distintas en que las pesquisas chocaron con lo que alega la familia y su abogado, Carlos Beraldi: nunca se compró nada en efectivo; todo estuvo bancarizado, las adquisiciones se hicieron con dinero salido de ventas de departamentos o extraída de plazos fijos bancarios. Durante la semana habrá intensa actividad en la causa: es la forma que encontraron para tratar de tapar tarifazos, caída del salario real, despidos, hecatombe en las jubilaciones.
Ocho
Parece una comedia, pero no lo es. La especulación que vincula las coimas con la compra de hoteles –Alto Calafate y Los Sauces– sería investigada por octava vez si Claudio Bonadio y Carlos Stornelli deciden ir por ese camino. Lo mismo sucede con las bóvedas.
Sobre estas cosas se investigó en tres oportunidades en causas por enriquecimiento ilícito de los Kirchner (Julián Ercolini, Rodolfo Canicoba Corral, Norberto Oyarbide), en el expediente iniciado por denuncia de asociación ilícita de Elisa Carrió (Ercolini); en la causa sobre irregularidades en la obra pública (Ercolini); en la causa Hotesur (Ercolini); en la causa Los Sauces (Bonadio) y ahora en las fotocopias de los cuadernos (Bonadio).
Siempre el objeto procesal fue el mismo: si los hoteles se compraron con dinero negro; si en los bienes de los Kirchner había fondos injustificados, si los alquileres eran ficticios y otras hipótesis semejantes. La familia Kirchner sostuvo desde siempre que los hoteles se compraron con la venta de más de 20 departamentos y terrenos, gran parte adquiridos en la década de los 80 y con fondos de plazos fijos que siempre estuvieron bancarizados y en la Argentina. El tema fue investigado en las siete causas ya detalladas, hubo pericias hasta de los profesionales de la Corte Suprema, y al menos por ahora no aparecieron alquileres injustificados o dinero que no haya salido de ventas de otros inmuebles o plazos fijos.
También parece claro que las cifras en hoteles no tienen proporción alguna con la obra pública. La inversión en obra pública de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner fue de más de 100 mil millones de dólares. Se habla de montos de coimas siderales, 10 mil millones de dólares si fuera el 10 por ciento de la obra pública; o 160 millones de dólares los que dice que llevó el chofer Centeno o 60 millones de dólares que según Claudio Uberti había en el departamento de la calle Uruguay el día que murió el ex presidente. Eso sí, Uberti dice que no los vio, sino que le contaron.
Ni los hoteles ni los departamentos alcanzan remotamente el 0,0003 por ciento de la obra pública.
Lázaro
Un dato curioso es que en todas las anteriores oportunidades, la acusación era que la plata de los hoteles provenía de acuerdos y contratos con Lázaro Báez. Por ejemplo, el convenio por el alquiler del hotel Alto Calafate o la construcción de viviendas y oficinas en terrenos que compartían Néstor Kirchner y Lázaro Báez.
La causa actual está basada en las fotocopias de los cuadernos y resulta que en ninguna de las páginas de los Gloria aparece el nombre de Lázaro Báez. O sea que a lo largo de siete causas judiciales imputaron a Cristina por tener los hoteles gracias a supuestas irregularidades con Lázaro Báez y ahora la acusan, sobre la base de los mismos bienes, de que obtuvo los fondos a través de coimas en las que no tiene nada que ver el constructor santacruceño.
Tendrán que afinar la puntería.
Bóvedas
Durante la última semana se volvió sobre el famoso tema de las bóvedas. Se buscó en los departamentos del primero y cuarto piso del edificio donde vive Cristina. A través de un scanner se detectó una pared ahuecada y, como adelantó PáginaI12, se derribó la pared sin que aparezca nada. El resultado del procedimiento fue que se llevaron secuestradas las boletas de luz y gas que había tiradas por debajo de la puerta. Sin embargo, no se privaron de titular “el misterio de la pared hueca”.
Más llamativas fueron las imágenes tomadas en la inmobiliaria de Máximo Kirchner, en Río Gallegos. No requirió demasiada producción. El inmueble, vacío, está en manos de una interventora designada por Claudio Bonadio, de manera que no hubo problemas en abrirles las puertas a las cámaras amigas. Por supuesto dejaron flotando la idea de que ahí pudo haber dinero escondido.
Lo notorio es que el mismo magistrado allanó el estudio en dos oportunidades, cuando Máximo y Osvaldo Sanfelice tenían la inmobiliaria activa. Un allanamiento fue en la causa Hotesur. El otro, en la causa Los Sauces. Nunca se encontraron ni fondos ni ningún otro elemento, pero ahora lo presentan con el halo de misterio y sospecha que el momento requiere.
Recompensa
El Poder Ejecutivo no quiso quedar ajeno al show y recibió centenares de llamadas por la recompensa que ofreció a cambio de información sobre dinero oculto. Habrá que ver si de ahí surge alguna pista. Nunca se puede descartar y corresponde que se investigue todo.
Lo que queda claro es que la Casa Rosada no pagó recompensas por el descubrimiento de sociedades y cuentas ocultas que aparecieron en los Panamá Papers o en los Paradise Papers y, para colmo, se permitió el blanqueo de groseras cifras a la familia Macri, pese a que la ley lo impedía. Las recompensas exhiben que el marco es la persecución, no encontrar la verdad.
En la entrevista concedida a la CNN a raíz de la causa de los cuadernos, el Presidente se presentó casi como ajeno a la investigación. La realidad es que Uberti dijo que cobraba coimas de los concesionarios de autopistas hasta 2007 y Carlos Wagner confesó que arreglaban las licitaciones de la obra pública desde 2004. En ambos casos, Mauricio Macri era propietario y ejecutivo de las empresas involucradas en ambos –supuestos– ilícitos.
Movidas
En los próximos días seguirá intensa la actividad en la fiscalía y el juzgado. La declaración del financista Ernesto Clarens abrió expectativas porque está en línea con la búsqueda del dinero. Habrá que ver finalmente qué aporta.
Por el lado de José López, quien se “arrepintió” el viernes, hay muchas dudas sobre qué puede aportar. Su credibilidad es casi inexistente: declaró en el juicio que se le sigue por enriquecimiento ilícito que los 9 millones de dólares que tiró en el convento no eran suyos “sino de la política”. Y a continuación se despachó con un relato totalmente contradictorio con las pruebas existentes en el expediente. Los rumores son que López declaró contra gobernadores e intendentes, algo que le podría servir a la Casa Rosada para apretar a los supuestos sospechosos en aras de lograr un acuerdo para que se banquen la quita del Fondo Sojero. El expediente parece que tiene más de un uso político.
El otro testigo estrella que volvería a declarar es Claudio Uberti. Lo exige la fiscalía, según parece. La confesión del ex funcionario fue grotesca. En un primer tramo dijo que les cobró coimas a los concesionarios, pero con una muy débil imputación contra Cristina. Se ve que le dijeron que necesitaban más, por lo que retomó la declaración y contó aquello de los 60 millones de dólares que no vio pero que le contaron que había en el departamento de la calle Uruguay. Todo indica que Uberti está listo para decir lo que se necesite. El tema es que habrá que probarlo.
Se supone que durante esta semana tendrán mucho movimiento los integrantes de la Cámara Federal, Leopoldo Bruglia y Martín Irurzun. Tendrán que resolver todos los planteos existentes, entre ellos las apelaciones de Cristina porque el fiscal y el juez se quedaron con la causa de manera irregular y porque lo mismo –asociación ilícita por obra pública– lo está investigando otro juez, Ercolini. No hay un solo jurista en toda la Argentina que haya convalidado la forma en la que se está llevando adelante la causa judicial hasta el momento, pero habrá que ver si la Cámara intenta ponerle algo de higiene a lo hecho por la coalición política–judicial–mediática en el expediente.
Por ultimo, está claro que continuará el desfile de empresarios. A cambio de zafar del calabozo, confiesan lo que se les pide. Eso sí, hasta el momento, ni uno sólo ha mencionado la posibilidad de devolver dinero del supuesto desfalco al que ellos mismos aluden. En Brasil, Odebrecht, Camargo Correa, el frigorífico JBS, el astillero Keppel Fels y otras empresas tuvieron que pagar centenares de millones de dólares por licitaciones amañadas. En la Argentina, Carlos Wagner dijo que arreglaban las licitaciones en la Cámara de la Construcción, incluso fijando ganadores y precios de manera clandestina. Nadie le preguntó en qué licitaciones, cuánto fue el desfalco y en cuánto estafaron al Estado. En el listado de Wagner figura obviamente Iecsa, la empresa que en esa época era de los Macri y luego dicen que se la vendieron al primo Angelo Calcaterra. Da la impresión de que sólo se van a investigar las coimas que habrían pagado y no al club de la obra pública y sus desfalcos. Por supuesto que Wagner, Angelo y compañía duermen en casa