En Busca de mi Flor
El inicio me pertenece, me contiene, me cierra, me arrastra. Me lleva al punto cero para hacerme entender que lo tengo todo y no tengo nada. Ese huevo cósmico de la creación primera, aquél que fue mi nido incierto y sofocante, pero que también supo enseñarme que yo era mucho más que lo poco que traía como pertenencia. Todo lo que necesitaba en aquél comienzo estaba en mí, y me empujaba hacia un abismo que yo desconocía. Mi equipaje era sabio; se amoldaba a mi viaje, siendo liviano en el camino más difícil, o siendo una pesada carga cuando el sendero se presentaba tranquilo y sin tropiezos. Siempre pude llegar al borde del acantilado, ver hacia abajo, hacia la nada, ver el vacío que se presentaba ante mí, desafiándome. Mi alma era blanca, pura, radiante. Y siempre me invadía con un absurdo miedo cuando me encontraba a punto de saltar. Corría a encontrarme dentro mío, y despertaba mi maestría, para avisarme a puros gritos, que ese no era el camino correcto. Mi alma me depositaba en un verde campo, inundado de flores amarillas y rojas. Pero siempre encontraba entre las pequeñas flores, una gran flor blanca, que de un momento a otro, saltaba hacia mí y se hacía parte de mi cuerpo, ofreciéndome su aroma cálido y su belleza simple. Tenía el calor del astro mayor que nunca se cansaba de dar luz, derritiendo las heladas capas que muchas veces me cubrían sin piedad, siniestras y profundas, dejando marcas en mí, que aún puedo recordar. Siempre me encontraba ante ese vacío que se precipitaba frete a mí, para ser descubierto. Y mi alma siempre supo que en algún momento me lazaría, perturbado por la NADA que se extendía ante mis ojos. Lanzarme al vacío, ir en busca de aquella flor radiantemente blanca que se entretejía con mis fibras más sutiles. Buscar el momento de dar el gran salto, ese era mi único anhelo, mi gran sueño, quizás mi destino. Y, cuando salté, solté, solté mi equipaje, y desande el camino. Mi alma se desgarró en un grito que nunca pude oír. Elegí quedarme en el verde campo, buscando mi flor predilecta.
_Ź⁴ (JJG) |