Dime, Apolo
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Se ha levantado del lejano oriente
y ha sido ave de nocturna simiente
proclamado Apolo en su trono de muerte
y caen sus flechas sin piedad nuevamente.
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¿Quién ha osado de nuevo invocarte?
¿Qué desesperado Crises te ha reclamado punzante?
¿Qué injusticia, qué venganza, qué furia deseas ahogar?
¿O acaso la raza de Edipo, deseas nuevamente castigar?
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¿Qué misterioso oráculo dará respuesta
al ser de tu saeta invencible y funesta?
¿A qué abismo tu arco nos arrastrará?
En piras de fuego nuestra carne arderá.
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Cual río incesante de oscuro veneno
¡Furia destructiva! ¡Fuego de centeno!
Con la venganza de un padre sin consuelo
que ha sepultado la vida y solo queda el duelo.
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¡Oh, Apolo, arquero invernal!
Se escucha el retumbar de tu paso sepulcral
dime, Apolo ¿Qué quieres cobrar?
¿Cuántas piras arderán, hasta tu furia calmar?
Cistiano Martínez - 5 de abril de 2020