El fiscal general Francisco Barbosa, su equipo directivo, el Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) y los funcionarios de la entidad manifestaron su rechazo ante el asesinato del investigador
del CTI Mario Fernando Herrera, cuyo cuerpo fue encontrado el día de ayer, sábado 27 de marzo, en el corregimiento El Palo de Caloto (Cauca).
El agente había sido secuestrado el pasado viernes por hombres de las disidencias de las Farc y horas más tarde su cuerpo fue encontrado por un campesino de la zona.
“Rechazo y rechazamos este vil asesinato cometido contra un investigador y una persona que además cumplía una labor patriótica al servicio de la Fiscalía.
Queremos decirles a los colombianos que la Fiscalía seguirá cumpliendo su misión constitucional y legal de investigar la criminalidad en el país.
Queremos decirles que esta investigación es una investigación priorizada por la entidad para efecto de poder traer a los responsables rápidamente ante las autoridades judiciales.
En la Fiscalía, si se meten con uno, se meten con toda la entidad”, expresó el fiscal Barbosa desde Cali (Valle).
El vocero del ente investigador llegó a la capital del Valle del Cauca para evaluar las diligencias realizadas en el marco de este crimen y conocer de primera mano los actos urgentes.
Según la entidad, de la información recolectada hasta el momento se establecer la participación de los integrantes del grupo criminal denominado “Dagoberto Ramos”,
que hace parte de los disidentes del Comando Coordinador de Occidente. Se trata de una estructura que, según la Fiscalía, cuenta con 15 órdenes de captura vigentes
por homicidios y secuestros y a la que se le atribuyó el reciente atentado terrorista en Corinto (Cauca).
Se trata de la explosión de un carrobomba ocurrida el pasado sábado 27 de marzo en el municipio de Corinto. El ataque dejó 43 personas heridas, entre ellas 11 funcionarios públicos,
además de contundentes daños materiales. El ministro de Defensa, Diego Molano, anunció una recompensa de $200 millones para quien dé información que permita la captura
de alias Cejas y alias Cholinga, cabecillas de la estructura criminal. El caso es que, según las investigaciones preliminares, los miembros de la Dagoberto Ramos también
estarían detrás del homicidio del agente del CTI cuyo cuerpo fue encontrado con signos de tortura.