FELIZ MARTES DE SEMANA SANTA
POEMA EN ORACIòN
De nuevo aquí me tienes, Jesús mío,
confuso y humillado ante tu altar.
sin saber que decirte ni que hablarte.
Ansioso solamente de llorar...
Vengo del mundo, vengo del combate
cansado de sufrir y de luchar
Traigo el alma llena de tristezas
y ansioso el corazón de tu bondad
De esa bondad dulce, divina,
que alegra tu presencia celestial.
donde el alma tan solo con mirarte
te dice lo que quiere sin hablar.
Mis miserias, Señor, aquí me traen.
Mírame con tus ojos de piedad.
Soy el mismo de siempre, Jesùs mìo,
un abismo infinito en soledad.
un triste pecador siempre caído,
que llora desconsolado su orfandad
y gime bajo el peso de sus culpas
y ansia recobrar su libertad.
Soy un alma sedienta de ventura,
un corazón que muere por amar
y abrasarse en la llama inextinguible
del fuego de tu eterna caridad...
Concèdeme, Señor, que a ti me acerque,
pèrmite que tus pies llegue a besar...
Déjame que los riegue con mi llanto
y sacie en ellos mi ardoroso afán.
! Oh, qué bien se esta aquí Señor amado ¡
sobre las gradas de tu Santo Altar.
Bebiendo de la fuente de agua viva,
que brota de tu pecho sin cesar.
Quien pudiera vivir eternamente,
con aquella divina majestad,
gozando de tu amor y tu hermosura,
en un éxtasis dulcísimo de paz.
Amén
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