E.P. - Cómo empezó esta historia? ¿Cómo es posible que del falso vacío, -como decís vosotros- , y uno de tus colegas dice que con sólo 25 gramos de materia empezó el universo, de dónde venían esos gramos de materia?
A.R. - Si quieres que realmente te diga cómo empezó todo, vamos a estar mucho rato, porque no lo sabemos. Si queremos ir hasta el principio del principio, del principio, nuestra ciencia actual no llega, la ciencia es algo que avanza con el tiempo y en el entendimiento del universo, cuando entendemos mejor las cosas, sabemos cómo habían sucedido más y más cerca al inicio del universo, pero nunca llegaremos al inicio, supongo.
E.P - A cuántos minutos estáis del comienzo?
A.R. - Estamos a muy pequeñas fracciones de segundo, de manera completamente probada y de forma fehaciente, sólo sabemos hasta los tres primeros minutos, de ahí el nombre del programa.
E.P. - En estos tres primeros minutos, qué pasa? Todas las fuerzas son una sola fuerza, la temperatura es de cuánto?
A.R. - La temperatura es lo que más distingue el universo de cuando era joven al de hoy. La temperatura del universo hoy, entre las estrellas, es de 3 grados absolutos, menos 270 y tantos grados normales. El universo, al principio, era mucho más concentrado y mucho más caliente. Lo mismo que cuando comprimes un gas hinchando la rueda de una bicicleta, por ejemplo, se te calienta la mano porque al comprimir el gas, la temperatura aumenta. La diferencia entre el universo temprano y el de hoy es sobre todo la temperatura. Cuando la temperatura alta y el universo es una sopa continua, extraordinariamente sencilla, en cierto sentido, todas las partes del universo eran iguales y todo era casi completamente uniforme. Lo interesante es cómo esta sopa se ha desgajado en gajos que se han ido complicando hasta crear lo más complicado que conocemos que es la conciencia humana.
E.P. - En realidad hay dos mundos a los que se aplica una física distinta cada uno, hay el mundo del cosmos, de las estrellas, de las personas, y luego hay un mundo subatómico de partículas fundamentales que no vemos, allí todo es sorprendente, no hay explicaciones, una partícula puede estar al mismo tiempo en los dos lados de una barrera energética, por ejemplo. ¿Cómo podemos entender el mundo de los átomos, que son realmente los ladrillos de lo que parece que todo está hecho, unos ladrillos que están prácticamente vacíos. Casi no hay nada dentro de un átomo, no?
A.R. - Casi no hay nada dentro de un átomo, efectivamente, pero lo que dices de que los dos mundos están separados, no es cierto. Los dos mundos son el mismo, la explicación es sólo una, que es la explicación de las cosas más pequeñas. Lo que pasa es que las cosas más grandes se comportan de manera más sencilla. Tú, por ejemplo, cuando vas a través de una puerta, vas a través de una puerta y no simultáneamente a través de dos puertas paralelas. Las partículas, cuando son pocas, aprovechan la ocasión de ir por las dos puertas simultáneamente. La explicación de los dos mundos es la misma y lo que es imposible es entender el mundo de las cosas pequeñas con el lenguaje de las cosas grandes. Lo que si es posible, es al revés, con el lenguaje de las cosas pequeñas, entender las cosas grandes. El error está en empeñarse a entender las cosas pequeñas con el lenguaje de las grandes.
E.P. - El átomo es una cosita pequeña, vacía. Nosotros podemos entender muy bien las cosas grandes, una persona, un planeta. Nosotros, ¿dónde nos movemos?, en la frontera de estos dos mundos?
A.R. - Glashow dice que estamos en el medio entre las cosas más grandes y las cosas más pequeñas que podemos observar. Las cosas más pequeñas obedecen a unas leyes extrañas que se llaman de la mecánica cuántica y por ejemplo, uno no puede predecir exactamente lo que va a pasar y esa falta de precisión se llama las fluctuaciones cuánticas. Resulta que las cosas más grandes, por ejemplo, la galaxia en la que vivimos, la Vía Láctea, también creemos que sea una fluctuación cuántica que sucedió en el principio del universo. Toda nuestra galaxia se debe a una pequeña fluctuación en la sopa original que hizo que un pedacito más denso fuera nuestra galaxia.
E.P. - Hay una cita de San Agustín que dice: "El mundo se creó a la vez que el tiempo". Es puramente cuántico, no?
A.R. - Lo dijo a boleo, pero le salió bien. No sabemos qué sentido tendría un tiempo que no fuese creado al mismo tiempo que el resto de las cosas.
E.P. - Nosotros entendemos muy bien las interacciones genéticas...Parece que los átomos interactúan constantemente unas con otras y si no lo hicieran no habría ni mundo. ¿Cómo funciona esto?
A.R. - Las interacciones son intercambios de partículas, de manera que todo son partículas. Si tu tienes dos electrones que chocan y se reflejan, no lo hacen realmente , nos por núcleos y hay unos átomos que son más o menos estables. Con estos átomos estabilizados, la temperatura es probablemente algo menor. Las radiaciones pueden fluir, los fotones pueden empezar a transcurrir y de pronto se ilumina el universo. A mí me hubiera gustado ver este momento. Osea que no era un momento tan propicio para contemplarlos, estos 300.000 años después del Big Bang?
A.R. - Hacía demasiado calor, pero estar allí hubiera sido muy interesante, porque es como ser ciego y dejar de serlo. Lo que pasa es que el universo no era transparente antes de la transición que tuvo lugar a los 300.000 años y como una piscina de agua hirviendo uno no podría ver muy lejos a causa de las burbujas. De repente la piscina se enfría y el agua se vuelve transparente, así que en un "tris" podrías ver todo lo que hay alrededor, por lo tanto aunque fuera un lugar muy caliente yo creo que sería una experiencia muy interesante.
E.P. - Me decís los físicos: se sigue expansionando el universo a una velocidad pasmosa, pero cabría la posibilidad de que diera la vuelta, de que en lugar de expansionarse eternamente esto se contrajera y volvieramos a los 25 gramos del comienzo. Cómo estáis en esta reflexión?
A.R. - Efectivamente es como tirar una piedra hacia arriba, si la tiras a menos de 11 Km. por segundo, en este planeta, te vuelve a caer sobre la cabeza, si la tiras más deprisa se escapa para siempre. La pregunta es si el universo está tirado más deprisa o más despacio que lo necesario para que se vuelva sobre si mismo. Hoy en día pensamos, debido a las observaciones recientes, que el universo se expanderá siempre. en ese sentido se volverá a un sitio aburridísimo, cada vez hará más frío, cada vez veremos menos en el universo porque las cosas se van alejando. Glashow decía que vivimos en una dimensión justo en medio entre lo grande y lo pequeño, vivimos, quizás, justo en el momento más interesante del universo en el cual mirarlo es bonito porque cuando pase mucho tiempo, si tenemos razón con las observaciones de hoy en día, no podremos ver las galaxias externas a la nuestra, porque estarían de masiado lejos, las estrellas se irían enfriando, irán muriendo. Todo lo que pasa dejará de pasar porque las cosas se enfriaran hasta un punto en que no pase nada. Este es un futuro muy poco interesante, pero está muy lejos de todas formas no tenemos que preocuparnos.
E.P. - De esta reflexión, tu qué crees que nos sirve más?, ¿para conocer mejor mejor cómo empezó esta historia, para conocer el pasado con precisión o al contrario nos sirve para haber descubierto que esto se irá enfriando poco a poco, uniformando y perdiendo vida e incandescencia?
A.R. - Sirve para ambas cosas, para entender algunas preguntas fundamentales. Como decía Woody Allen hay cuatro preguntas fundamentales: "¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos?, ¿Quienes somos? y ¿Qué hay para cenar?, y salvo la última de las preguntas la ciencia ayuda a resolver las otras tres.
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