Tim Taylor: Imagina que tú y yo viviéramos en un grupo de 30 personas sin conmemoraciones, sin este cementerio para recordárnoslo, y que, conforme nos moviéramos por el paisaje, algunos niños murieran, algunos ancianos murieran, algunos animales murieran... ¿sabes? La muerte estaría presente pero... ¿y la mortalidad? Nadie sería suficientemente mayor para recabar estadísticas... ¡la única persona suficientemente mayor como para decir: «los ancianos siempre mueren» ya estaría muerta! ¿Así que de dónde obtendríamos la idea de que existe la mortalidad? La gente percibía que podía morir, igual que ahora puedes percibir que tal vez mañana te comas una hamburguesa.
Eduard Punset: Bueno, estamos en un lugar casi fabuloso, muy bonito, ¿no? Pero Tim, no siempre fue así de bonito a lo largo de la historia. Afirmas, o hay quien afirma, que solamente los peces han sido devorados por otros peces más de lo que los humanos han sido devorados por otros seres humanos.
Tim Taylor: Así es. Hay un arqueólogo llamado Gifford que trabajó en Fiji y, al observar los restos arqueológicos del yacimiento de Fiji, afirmó que, después de los peces, los humanos eran los vertebrados que más se habían utilizado como comida. Es realmente asombroso pensar que éramos caníbales. Pero así lo creo. Si miramos a nuestro alrededor, este cementerio es un lugar muy civilizado, donde uno puede enfrentarse a su dolor, su duelo, de un modo sofisticado, y volver otro día; está limpio, no huele a muerte.
Eduard Punset: Pero los cementerios son muy recientes…
Tim Taylor: ¡Muy recientes!
Eduard Punset: Sostienes que bueno, hace dos millones de años quizá podíamos fabricar herramientas, pero en cambio no fue hasta…
Tim Taylor: Los últimos 10.000 años.
Eduard Punset: ¿10.000 años?
Tim Taylor: Para los arqueólogos, no es más que un suspiro...
Eduard Punset: …cuando empezaron las prácticas funerarias.
Tim Taylor: Realmente llegaron con la producción de alimentos. Una vez se producen alimentos, se dispone de animales domésticos, terrenos y territorios, es cuando quiere hacerse algo distinto con los muertos, utilizarlos como marcadores políticos, crear la necrópolis. Mentalmente, también se pretende crear una sociedad a la que vayan los muertos. Pero antes, entre las sociedades de cazadores-recolectores, la idea de una sociedad separada a la que iban los muertos era inconcebible.
Eduard Punset: Así que los dejaban, se deshacían de ellos, los abandonaban... ¿qué hacían con ellos?
Tim Taylor: ¿Qué harías tú con 50 quilos de carne? Imagina que vives en un grupo muy competitivo, perteneces a una especie muy competitiva... haces lo que hacen los chimpancés, lo que hacen otras 70 especies de mamíferos, los reincorporas a tu persona: te los comes. Porque si no lo haces, no puedes llevártelos contigo. No vives en una ciudad. No vives en un único lugar. ¡Y alguien se los comerá! ¡No vas a excavar un agujero en el suelo y poner esos 50 kilos! ¿Sabes? Pongamos que tengo dos hijas y vivo en la época de la glaciación, soy un padre del Paleolítico Superior, y sé que me estoy muriendo. No voy a decirles: «oíd, cuando me muera, desperdiciad vuestra energía cavando un hoyo en el suelo para que me desentierren luego los animales o los enemigos.» Lo que les diré es: «no dejéis un solo pedazo…
Eduard Punset: …de mi carne
Tim Taylor: …de mi carne. Aseguraros de que os dé suficiente energía para continuar». Y no pensaría en ello como un linaje. Cuando hablaba de mis ‘hijas’, estaba pensando de un modo muy moderno, y con moderno me refiero a los últimos 10.000 años. Pensaba en una secuencia de historia y linaje, pero esta idea lineal del tiempo sólo llega con el territorio, la propiedad y la herencia. La idea común era volver al círculo, de algo cíclico, sin conmemoración, sin rastros arqueológicos... que es lo frustrante, la mayoría de las veces, salvo cuando conseguimos pequeñas pistas…
Eduard Punset: ¿Cuándo crees que nuestro cerebro diferenció el cuerpo del alma y llegó a pensar que morimos, pero que quizá algo en nosotros no muere?
Tim Taylor: ¿Sabes lo que creo? Pues que la creencia en el alma surge a causa de la práctica. Por ejemplo, puede verse en la Sima de los Huesos, en Atapuerca, con el Homo Heidelbergensis. Son seres casi humanos, casi como nosotros, de hace 300.000 años. Y hacían cosas como acumular a los muertos en una sima de un modo ritual, con una estructura determinada, no sabemos por qué. Y esto deja restos, huesos, y la prueba física de los huesos, creo, es lo que empieza a suscitar la pregunta. Y la pregunta todavía se vuelve más intensa hace 100.000 años, cuando en Israel encontramos lo que llamamos primeros entierros formales, sea lo que sea lo que eso significa, pero aquí encontramos esqueletos completos de neandertales, humanos modernos, dispuestos de un modo concreto. E hicieran lo que hicieran, dejaban una firma, y esto es lo que hace que alguien se pregunte: «¿Y qué pasa con la otra parte? ¿La parte animada?». Así que el concepto de alma surge a través de la práctica física de crear algún tipo de instalación, algo casi artístico con los cadáveres, una intervención, un ritual con los huesos y cuerpos que crea, accidentalmente, la idea de la otra parte, la que no puede verse.
Eduard Punset:
Tim, cuando observas los restos humanos, muchas veces hay signos de violencia (ahondaremos en este aspecto). Es curioso, porque creeríamos que los signos de violencia son más fáciles de ver, de detectar en los cadáveres que los signos de amor. Sin embargo, apenas se habla de los signos de violencia. Siempre hablamos, bueno, del amor contemplativo de los que se quedan hacia los difuntos, ¿no? Y hacia otros seres vivos.
Tim Taylor: Tenemos una opinión muy buena de nosotros mismos. ¡Los especialistas en la prehistoria y los arqueólogos no queremos (estoy convencido de ello) presentarle al público una visión demasiado difícil! He argüido que lo que llamamos primeros ritos funerarios... ¡no son para nada como lo que podemos ver aquí en este bonito cementerio! Y todos las prácticas funerarias primitivas del período anterior a hace 10.000 años… las del Paleolítico medio y superior, por ejemplo...
Eduard Punset: Sí
Tim Taylor: …en Europa… tenemos unas 150 de ellas en cuevas… pero, con 2 excepciones, posiblemente 3, todos son hombres, sin apenas excepción…
Eduard Punset: Qué raro…
Tim Taylor: ¡Muy raro! Es un subgrupo de la población.
Eduard Punset: Sí
Tim Taylor: Casi todos presentan una patología: son enanos, gente con asimetrías corporales... en los pocos casos de mujeres, tienen la pelvis deformada, o son muy bajas... ¡Algo va mal en esta gente! Y en lugar de considerarlo un ritual funerario, una conmemoración afectuosa, yo creo más bien que eran… los muertos que no era adecuado comer, devolver ceremonialmente al estómago, al corazón de la comunidad, como se haría normalmente, ¡porque algo malo les pasaba!
Eduard Punset: ¡Algo malo!
Tim Taylor: Y las cosas que llamamos «ofrendas funerarias» y que aparecen junto a los restos son, en mi opinión, una manera compasiva de invocar la magia para mantenerlos en el limbo, en un lugar, una cueva, sin noche, sin día, sin cambios de temperatura... un limbo clásico.
Eduard Punset: …para que no regresen con nosotros….
Tim Taylor: Para que no vuelvan; se les deja fuera, fuera del tiempo, se colocan ahí y, posiblemente, también se sacrificaban, no eran producto de muerte natural. Y lo que creo que debemos reconocer es que a veces la historia es terrible... también en Europa, por supuesto, con los judíos... pero lo que pasó ahí fue una búsqueda de chivos expiatorios, una población fue atacada para renovar la solidaridad social de la mayoría. Esto es algo muy conocido en las sociedades a pequeña escala, este acto de buscar una cabeza de turco. Jesús fue un chivo expiatorio en muchos sentidos: su muerte sirvió para renovar el contrato social. Y me parece que podemos ver algunos de estas manifestaciones funerarias primitivas en el Paleolítico como gente con problemas, distinta, que se movía de un modo distinto…
Eduard Punset: Y a la que había que destruir.
Tim Taylor: ¡A la que había que destruir!
Eduard Punset: ¡Madre mía!
Tim Taylor: Pero no sin que antes asumieran gran parte de la culpa por lo que no funcionaba en la sociedad. Y luego se pasaba a un fantástico acto de coreografía, que yo denomino «el teatro de la trasgresión», un acto en el que sus trasgresiones, sus pecados, sus aberraciones sociales, quedaban ejemplificadas, monumentalizadas y se hacían permanentes para que todo el mundo pudiera verlas.
Eduard Punset: De algún modo estamos volviendo a una época antigua, porque ahora estamos descubriendo que no estamos programados para morir, ¿no? No hay un gen para morir y surgen expectativas de que tal vez podamos esquivar la muerte.
Tim Taylor: Sí, es verdad, ¡así es!
Eduard Punset: Cuando alguien necesita un trasplante de corazón para vivir, todo el mundo cree que es normal.
Tim Taylor: Sí [TCR: 00:42:10: risas]
Eduard Punset: Pero lo que dices es que, bueno, quizá nuestros antepasados obtenían órganos o sangre de otros cuerpos únicamente para vivir…
Tim Taylor: ¡Para vivir, sí!
Eduard Punset: …como hoy.
Tim Taylor: Sí, para nosotros es tabú ingerir el corazón por vía oral, eso es tabú. Si te lo comes, eres un caníbal. Pero si te perforan el pecho y te lo insertan dentro, ¡eso es decente! No estoy diciendo que ahora seamos más hipócritas, sino que debemos reflexionar detenidamente sobre lo que yo llamo «el aislamiento visceral». Nos hemos aislado mucho de la realidad de los procesos físicos en el mundo moderno, del nacimiento y la muerte. Y de la obtención de alimentos: la matanza de animales, el procesamiento de la carne. ¿Sabes? La gente ya no come tantos hígados y riñones como hace dos generaciones porque vivimos en una época de opulencia. Así que podemos escoger comer las cosas que no nos hagan enfrentarnos a nuestra propia mortalidad...
Eduard Punset: ¡Increíble! Pero una última pregunta, que realmente me intriga mucho: todos estos asesinatos, así como la ingesta de carne humana para devolverla a tu propio cuerpo... ¿tienen alguna relación con la eucaristía? Con el mensaje religioso implícito de Jesús... de tomar el cuerpo y la sangre de Cristo… ¿hay alguna relación?
Tim Taylor: ¡Eso creo! Es decir, en mi opinión, lo que sabemos, lo que los expertos bíblicos afirman principalmente, es que Jesús dice: «hacedlo en mi memoria. Aquí tenéis el pan y el vino». Y esto marca el inicio de la modernidad. Supone el fin de los sacrificios de sangre y el principio de la capacidad de ver estas cosas como puramente simbólicas. Y creo que la eucaristía, con la idea de la transubstanciación... bueno, ya sé que te excomulgarán si no crees que es literalmente verdad, pero realmente sabe a pan y parece vino, y a partir de entonces surge un tabú fuerte sobre el canibalismo real...
Eduard Punset: Ya veo…
Tim Taylor: Sólo cuando esto se malinterpreta surgen los problemas, como en el caso del estadounidense Jeffrey Dahmer, un asesino en serie que se comía a sus víctimas... su madre era luterana... perdona, su abuela; e insistía en que el cuerpo de Cristo estaba en algún lugar del pan. ¿Sabes? La consubstanciación es todavía más extraña que la transubstanciación, porque algo es pan y el cuerpo de cristo a la vez. Y esto unido a otros factores psicológicos, lo hicieron enloquecer, porque no sabía llevarlo. Pero creo que, para la mayoría de la gente, consiste en pasar algo del ámbito real al simbólico, lo que encaja muy bien con nuestra civilización intelectual.
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