Sé tú mismo y no intentes ser otro.
Calma tu espíritu, busca de nuevo la fuente de donde nace todo y
elimina cualquier vestigio de maldad o egoísmo.
Si te preocupas demasiado por descubrir lo que de bueno o malo tiene el prójimo, te olvidarás de tu propia alma y quedarás agotado y derrotado por la energía que empleaste en juzgar a los demás.
La vida es una manifestación de amor, y un guerrero de la luz debe
concentrarse en promover la paz y no el combate.
Morihei Ueshiba.