¡OH GRAN ESPIRITU!
Oh gran espíritu, cuya voz oigo en el viento y cuyo respiro da vida a todo en el Universo.
Oyeme, soy pequeño y débil, uno de tus muchos hijos.
Déjame pasear en la belleza y permíte que mis ojos siempre puedan contemplar el rojo y el púrpura de la puesta de sol.
Haz que mis manos respeten las muchas cosas que tus has creado y agudiza mis oídos para oír tu voz.
Hazme sabio para comprender todas las lecciones que tu has escondido detrás de cada hoja y de cada roca.
Dame fuerza no para ser más fuerte que mi hermano, sino para luchar contra mi peor enemigo: yo mismo.
Y hazme siempre listo para ir ante ti con las manos limpias y la mirada recta, para que cuando la luz se desvanezca como se desvanece la puesta de sol, mi espíritu pueda llegar ante ti sin ninguna vergüenza.
Desconozco el autor.
Sakura
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