Cuando los gobiernos, los tribunales y la sociedad
ponga un alto a esta lacra que viven nuestras mujeres,
sabremos que aquel fatídico día las obreras de aquella
fábrica incendiada con ellas dentro no murieron en vano.
Hoy en día queda mucho por decir al respecto, muchas
veces leo que el día de la mujer debería ser todos los días…
¿pero hacemos algo para que esto sea así? ¿Acaso no somos
nosotras mismas las más críticas con nuestro propio género?
Siempre que una mujer sobresale ante otra, nos corroemos de
envidia y actuamos mal contra ella y decimos cosas feas
acerca de ella, pues ha logrado cosas que nosotras
aún no logramos.
Cuando las mujeres por nosotras mismas comencemos
a defendernos, a luchar hasta quedar exhaustas para que
ninguna mujer muera en manos de los hombres, cuando
nos igualen en derechos y oportunidades, será el día
que podamos celebrar verdaderamente el día de la mujer.
Hoy por hoy el Día de la Mujer se ha convertido en una
fecha especial para decir cosas bonitas acerca de nosotras,
una fecha de ambiente festivo en la que celebramos ser
mujeres. Pero el verdadero día de la mujer, desde mi
punto de vista aún no ha llegado; cuando las autoridades
tomen conciencia que una mujer no es cualquier cosa, que
una mujer es creadora de vidas, cuando a una mujer se le
de un trabajo de primera, no sobras… entonces estaremos
hablando de algo que podamos celebrar.
Mientras haya mujeres que mueren violentamente y
que sufren la desigualdad, no será nuestro tiempo…
aún falta mucho. Porque una mujer no es algo como un
objeto, es increíblemente maravillosa, es un ser que
Dios ha puesto en la tierra para repartir amor sin pedir
nada a cambio, una mujer es una madre, quizás una de
aquellas madres cuyos hijos en el tribunal llegan a dictar
cortas sentencias a quien pone fin a los días de una mujer.
Una mujer no es cualquier cosa, tenga la edad que tenga,
o el estatus que sea, la mujer siempre merece todo el
respeto del mundo por el sólo hecho de ser mujer.
Esta reflexión refleja mi propio pensamiento, entiendo
que no todos lo compartan conmigo, pero muchas veces
es necesario ser más verdaderas que zalameras.
No digamos que hoy es día de fiesta porque nos
regalan una rosa que “simbólicamente” se asemeja a
nosotras. No no estoy de acuerdo: por cada rosa que
se recibe también se hace una visita al cementerio con
un ramo de rosas, de esas mismas rosas que están en
los escritorios de las secretarias porque tienen un jefe
“maravilloso” que se las regaló por ser nuestro día. Una
rosa igual está destinada a la mujer que murió violentamente
en manos de un hombre.
Ya es hora de plantar cara y defender a nuestro género,
cada vez que recibas un regalo no pasará un minuto en
algún del mundo en el que no se ha matado a otra,
o ha sido despedida de sus trabajo “por necesidades
de la empresa”. Si se dan cuenta, con hechos comprobados,
de cada 10 despidos 7 son mujeres; claro está, son más
conflictivas a la hora de trabajar pues ellas tienen los hijos
de aquellos mismos que nos despiden, por lo que
nuestras horas de trabajo son menos “eficientes” que el resto.
Cuando necesitan una mujer para determinado trabajo,
¿qué es lo que se le pregunta? “¿Tienes hijos?”,
“¿Planeas tener hijos?”, “¿Tendrás problemas para
quedarte fuera del horario si la empresa lo necesita?”
¡A que te suena esto! Claro, porque cada día entran
más mujeres al campo laboral, pero también es muy
difícil que las reciban, más aun si está en
edad de reproducir vidas.
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