Dichosos los labios, que han dado un beso los ojos, que han visto. . . con embeleso dichosas manos, que saben tocar también el cuerpo, que sabe esperar.
Dichoso corazón, que sale ileso por ese amor, que lo mantuvo preso dichoso silencio . . . que sabe hablar también la boca, que sabe callar.
Dichosa mirada, cuando hay bondad que con ternura, se puede brindar cual sol brillante, calor sabe dar.
Dichosa la mente, si no hay maldad buenos pensamientos, puede guardar como luna hermosa, puede brillar.