Somos criaturas sexuales. Muy Sexuales.
Es parte de nuestra identidad. Creados a imagen de Dios: Macho y Hembra. Y como todo lo que Dios creó, es bueno. MUY BUENO.
Me atrevería a decir que el sexo es lo mejor que
existe en este mundo…
Muchos jóvenes tienen claro que Dios quiere que ESPEREN
al matrimonio para tener relaciones sexuales,
pero no tienen tan claro el por qué.
-“¿Por qué?”- preguntan, -“¡¡¿OH, POR QUÉ ESPERAR?!!
¡Negar esta necesidad me está matando! ¡Es antinatural!
¡Ya no puedo más! ¡Todo mi cuerpo arde encendido en
presencia de mi amada/o! ¡Este despiadado fuego en
las entrañas me consume por dentro! ¡Todos mis instintos
buscan satisfacer esta inexorable atracción que amenaza
con terminar con mi cordura!”
Razones obvias para esperar al matrimonio para tener sexo:
- Relaciones rotas (por alguna razón es difícil construir
- una relación estable cuando el sexo va por delante del compromiso).
- Corazones rotos y el consecuente…
- sentimiento de traición o de inferioridad, de rabia o de desesperación.
- A veces ocurren embarazos,
- enfermedades escabrosas…
–y vale, estoy usando el drama como mecanismo de
- espanto, porque todos sabemos que a veces no ocurre nada de esto, pero…
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Existe una razón más sublime para esperar:
Y es que, el mejor sexo del mundo, el inigualable, más
extraordinario y excepcional sexo en esta tierra ocurre cuando
un hombre y una mujer se miran a los ojos y con
mucha pasión y honestidad dicen:
Yo soy Tuyo. Yo soy Tuya. - De entre todos los hombres del mundo, que son muchos, yo sólo te quiero a ti. - De entre todas las mujeres que hay en el mundo, tú eres la única que quiero.
Te prometo que siempre va a ser así. Construyamos nuestra vida juntos. Vivamos juntos.
Te abro mi corazón. Te abro mi alma. Mira, observa… te descubro mis secretos, mis anhelos. Confío en ti. No me traicionarás. No te traicionaré. Confío plenamente en ti. TODO lo que soy es tuyo. Te entrego mi cuerpo. Te entrego mi alma. Y mi corazón.
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Y uno queda vulnerable delante del otro. Desnudo. Desnuda. Vulnerable.
Y entonces, lo que ocurre, es que no sólo desnudas tu cuerpo,
desnudas tu alma. Y tras unir los cuerpos, descubres que
también unes el alma, el espíritu… y por ese momento
mágico los dos sois uno. Sí, ahora sois uno.
Y en ese contexto, el sexo es sublime. Inigualable.
Puro fuego. Pura satisfacción. Y sólo hay una manera de conseguirlo.
Y todo lo demás es conformarse con menos,
perseguir un huidizo arcoíris.
Así que espera. Porque tú lo vales.
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