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♥ ENERGIA Y YOGA ♥: LA ENERGIA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: angelvioleta  (Mensaje original) Enviado: 30/05/2010 01:16

“ Existen en tu interior yacimientos inexplorados de energía, y tú inconscientemente utilizas esa energía en todos tus actos, obteniendo ciertos resultados; tus logros serán mucho mayores, sin embargo, si aprendes a controlar y a emplear conscientemente dichos potenciales interiores "    Paramahansa Yogananda

 

QUÉ ES LA ENERGIA

La energía es la sustancia de origen y elemental que constituye absolutamente todo lo que existe en el universo.

 Se la puede estudiar desde las variadas formas que adopta.
Se ve afectada por infinitas vibraciones en las cuales se nos manifiesta.
 Al hablar de variadas formas podemos pensar que se trata de diferentes energías, calidades y polaridades, pero en realidad la energía es una.
 Es el elemento que permite el movimiento, la permanencia y transmutación de todo aquello que existe.

Nombrada y dominada por antiquísimas civilizaciones,

Prana para los hindúes, Ki para los japoneses y Chi para los chinos, etc.,
todos estos nombres, filosofías y creencias remiten a la misma sustancia básica que todo lo conforma, una fuerza de origen desconocido pero con un poder creador, sanador y armonizador que era empleado como un camino para restituir el bienestar del cuerpo, principalmente la salud, la alegría y en definitiva, el amor.
Todo lo que para nosotros tiene forma y cumple una función, que denominamos materia, no es otra cosa que la energía concentrada.
 Energía que es captada por nuestros sentidos y de donde surge una información que es procesada por nuestra mente y que por dicho proceso puede verse distorsionada por nuestras propias limitaciones.
Nuestro cuerpo físico, al igual que todo el universo, está compuesto por átomos y partículas, que se mueven a la velocidad de la luz.

Dicha información viaja en dichas partículas y átomos (compuesto inseparable) hacia los diferentes campos de conciencia, o sea las diferentes manifestaciones de vida en todas sus formas.
Según sea la evolución de dichos campos variará la densidad en que es transportada la información, dependiendo del nivel de evolución de los planos de la conciencia así será la imagen que nuestra mente elabore del universo basado en nuestras creencias y conceptos.

Entonces … ¿cuál será el verdadero color, textura y aroma de esa flor? Dependerá de quien la observe.

En un estado de conciencia expandido cada objeto de percepción será un espejo de nosotros mismos.
La energía en movimiento se denomina vibración y al estar todo en movimiento nuestro cuerpo es vibratorio.

 Este cuerpo al que llamamos físico es un 99% vacío.
El hecho que sea “vacío” es lo que permite que allí se encuentre la vibración, y son los estímulos que recibe permanentemente lo que le da esa cualidad.
Si decimos que todo es energía y que toda energía vibra, entonces las palabras, los pensamientos y las acciones que según surgen y se van modificando afectan nuestros “campos energéticos” .

Los cuerpos energéticos se interconectan de modo que influyen unos con otros al punto de poder verse todos afectados.

Esa conexión se realiza por medio de los chackras (que a su vez se comunican por medio de los canales de energía), las hormonas, las células, el sistema nervioso y energético general.
Cada célula de éste sistema posee su propia vibración y el conjunto de todas genera una especie de sinfonía que mostrará en que estado se encuentra ese cuerpo en su totalidad.

 Cuando vibran al unísono le confieren armonía al cuerpo, si lo hacen desequilibradamente acabarán por enfermarlo.
Nuestra forma física está protegida por el cuerpo áurico, que es el primero que detecta los desequilibrios y la manera en que la enfermedad ingresa hasta llegar al cuerpo físico.
El proceso que llamamos enfermedad posee diferentes etapas que comienzan con el desequilibrio del cuerpo sutil o espiritual, mediante una mala conexión con la Fuente Universal que acabará por debilitar  nuestra energía –que es la que nutre al cuerpo físico–.

Si esta situación perdura en el tiempo el desequilibrio pasa al campo emocional percibiendo emociones negativas como rencor y odio.
Si estas emociones se transforman en pensamientos pueden tornarse obsesivos y repetitivos generando un estado de permanente atención enfocada en un solo pensamiento.

 Esta acción reiterada no hace otra cosa que debilitar aún más nuestro cuerpo mental, es en ese momento cuando la enfermedad se encuentra en condiciones de entrar y manifestarse en el cuerpo físico.
 En esta etapa, las células y los órganos, a través de los meridianos, comienzan a sintonizarse con este desequilibrio general haciendo su aparición los dolores recurrentes  y también sufriremos accidentes (que creeremos casuales)....
 Si estos mensajes no son tenidos en cuenta la enfermedad se alojará afectando al órgano más indefenso....

Cada estado que hemos nombrado nos muestra el nivel de desequilibrio que sufrimos en nuestro cuerpo y cual es la “sintonía” que tenemos con nuestros campos sutiles.
En las últimas décadas, la ciencia y la física cuántica han hecho público que materia y energía son manifestaciones de lo mismo en diferentes densidades y que todo forma parte del mismo campo vibratorio electromagnético que llamamos universo.

Somos energía en diferentes estados de manifestación, y en su mayoría, en estado líquido.
Aproximadamente el 70% de nuestro cuerpo es agua (la misma proporción de agua en el planeta) y el 85 % del cerebro y el sistema nervioso lo son también.
Así como el planeta posee un campo energético dentro del cual se desarrolla la vida y que  llamamos biosfera, el cuerpo humano posee el suyo propio y se lo llama aura.
El campo áurico también incluye todas las creencias y pensamientos nuestros y heredados de generación tras generación que nos condicionan día a día.
Esto se dará en la medida en que se estimulan las sensaciones y emociones creando una frecuencia energética personal y única que denominamos resonancia.
Si nos predisponemos o mentalizamos en “sentirnos mal” la resonancia que emitiremos  atraerá situaciones desagradables que a su vez atraerán más dolor, y así sucesivamente.
En pocas palabras, un círculo de negatividad que empeorará aún más nuestro estado energético, y aunque cada situación negativa parezca diferente al final se trata de la misma vibración que emitimos.
Cuando nuestra mente racional produce pensamientos negativos de todo lo que nos rodea, esos pensamientos se acumulan en nuestra mente, produciendo un exceso de energía, una carga emocional negativa que acaba por generar sufrimiento, ya sea en  el ámbito físico y/o emocional.
Dicho exceso atrapado en el sistema cuerpo-mente produce un desequilibrio energético en todos los niveles llamado yin-yang. 
 



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