Revivimos una y otra vez, sensaciones que creemos almacenadas
en el baúl de los olvidos.
Nada más lejos de la realidad.
Nada se olvida, todo se recuerda, regresamos
y volvemos
una y otra vez atrás.
Inconscientemente renacen sensaciones de fracaso,
de duda, de miedo
y estas sensaciones pueden llegar a provocar tensión
y desencuentro en nuestro interior.
Personalizando diré, que cuando ya creía haber despedido algunos
de los fantasmas de mi vida, nuevos momentos vividos,
hacen que salgan de su fatal escondite y
calando gota a gota llegan a mi conciencia
para formar de nuevo parte de mi sentir.
Fatal inconsciente que lucha por sobrevivir y
que yo trato por todos los medios de eliminar.
Se que debo intentar barrer a fondo, sacudir telarañas interiores,
dejar de vagar por corredores oscuros y subterráneos.
Debo dejar entrar la luz y mover enérgicamente mi escoba
para hacer mi faena.
Ya se que todas nuestras vivencias, positivas o negativas,
son realmente muy significativas.
Se recuerda un aroma, una música, una alegría, una caricia,
un beso, una imagen, un dolor...... y de forma espontánea resurge
de nuevo el sentimiento que vivíamos en ese momento.
Sensaciones vivas que parecen transformarse en presente vivo.
Los recuerdos pasados no son etapas, años, meses ni siquiera días,
son momentos, instantes, segundos, pero tan intensos que parecen
poder palparse.
Dejo en mi ánimo la intención de perseguir el recuerdo de
buenos momentos, que los tengo,
y muchos.....