El domingo de
Ramos......
El domingo de
Ramos
El nombre de
este día de fiesta revive la procesión desarrollada él a Jerusalén con
ocasión de la entrada de Jesús en la ciudad. Bajando del "Monte" de los
Aceitunos, en grupa a un pollino, el Cristo fue acogido por una gran
muchedumbre, que agitó ramitas de aceituno y palmas, en señal de alabanza.
Una costumbre análoga entró en uso también en Occidente. En particular
modo en Francia, ya en el siglo VII, fue costumbre que todos los
participantes al cortejo, organizado por la ocasión, llevaran palmas y
ramitas de aceituno, para hacerlos bendecir del sacerdote. A los
principios de la edad medieval, se solió dar a la procesión una imagen
dramática. El pueblo, en un primer momento, se juntó en la iglesia
principal, y luego se desplazó fuera en una capilla de las paredes. Aquí,
se procedió a la consagración de los matorrales, luego, en cortejo, se
volvió a país. Desde entonces, cada burgo, celebra tal solemnidad,
reviviendo aquel antiguo cortejo. El desfile con las palmas, dio el nombre
a este día que cae el último domingo antes de Pascua. Eres un ritual que
se repite cada año y, más allá de los beneficios espirituales, también
entrega la armonía entre la gente. Permite a cada país de encontrarse,
aunque sólo por un día y las hostilidades, las antipatías o,
sencillamente, las indiferencias, acumulan durante el año, debidas a
enojos, a divergencias políticas o también sólo a corazones ya demasiado
grises y acartonados, semejan desaparecer. Eres bonito ver cómo cada
centro se organiza para cumplir a esta tradición. Cada ritual adquiere,
así, un valor diferente y característico. Esta fiesta, en pasado,
consiguió valores muy significativos. Los jóvenes novios, por ejemplo,
usaron intercambiarse las pequeñas cestos como regalo de paz. En algunas
localidades, en cambio, las nueras llevaron la palma a las suegras y
recibieron en cambio un regalo que, casi siempre, consistió en un pequeño
objeto de oro. En otros lugares, estas ramitas suplieron de "pacificador"
entre los que, en el año, pelearon y que, todavía, no se reconciliaron.
Fue costumbre llevar una palma en señal de paz y se preguntó perdón por el
mal traído. Después de este día alegre, vuelve, inexorable, el
comportamiento cuaresmal. Los órganos de las iglesias paran de tocar, las
luces se flaquean, los altares son desnudados y todos tienen que recogerse
en una taciturna quietud, en la espera de la Semana Santa, hecho de
privaciones y de silencios. Después de la tristeza, sin embargo, siempre
vuelve la alegría, y los sacrificios sólo llevan frutos. Una renuncia en
más hoy, y tal vez, quizás merezcamos una "mención" de chocolate en más
porvenir. A lo mejor con una bonita sorpresa...
Pepe audio
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